Una historia que involucra la caza de osos, ataques, defensas y caza mayor «envuelve» a los perros Akita, una raza también conocida como Akita Inu por la prefectura asiática homónima. Estos canes son originarios del país nipón, aunque hay otra variante que son los akitas americanos. Su esperanza de vida se sitúa entre 10 a 11 años.
Su historia
Existen pruebas de que la raza tiene una antigüedad de tres mil años. Su nombre variaba conforme al rol que ejercía. Si era perro de caza era Matagi-inu, si era de guerra le llamaban Karae-inu, y si era “de providencia” se le denominaba Odate-inu. Por su tamaño intermedio, se le empleo para cazar osos. Desde 1603 probaron las aptitudes del akita como can de pelea, pero en 1908 se prohibieron estos actos. En 1927 se fundó la “Sociedad de Preservación del Akita inu”. Actualmente, es el can nacional del país nipón. Se le nombró como Monumento Nacional en 1931.
Características del Akita
Tiene una complexión robusta y fuerte. La zona pectoral es amplia y profunda, y la espalda nivelada. El pelaje puede ser rojizo, níveo, atigrado o ajonjolí. Sus orejas son triangulares, compactas y elevadas, con una ligera inclinación hacia el frente. Su nariz es negra y contrasta con su lengua rosa. Posee ojos pardos y diminutos, y unas patas poderosas dignas de un atleta. Gracias a ellas tiene dotes de buen nadador.
Su ancha cola se enrosca encima de su lomo, donde el pelaje es más espeso. Posee dos capas de manto. La interna es abundante y sedosa, y la otra áspera y breve. El akita mide entre 64 y 71 centímetros. La hembra pesa un máximo 49 kg, mientras que el macho alcanza los 53 kg.
Su comportamiento
Será equilibrado de adulto si recibe una correcta socialización de pequeño. Se muestra silente y discreto, ignora el grueso de circunstancias irritantes. Podrá mostrarse dominante con otros canes, pero sin iniciar conflictos. En cambio, con su familia destacará por su lealtad, protección y afectividad. Se muestra amable con todas las personas, excepto con los malintencionados. Raramente ladra, cuando lo haga lo mejor será averiguar el motivo.
Se adaptan a la vida en pisos cuando tienen la cantidad necesaria de ejercicio cotidiano. Al akita se le considera la raza #54 en inteligencia canina.
¿Cómo cuidar de un akita?
Vale recordar que por su tamaño, su alimentación representará un coste significativo. Se recomiendan las comidas de alta gama. De cachorros necesitan consumir escasas calorías, sino su crecimiento será acelerado. Se aconseja un cepillado diario, prestando atención especial a los periodos de muda. Una correcta alimentación ayudará a que su pelaje esté en perfecto estado. Necesitará de dos paseos diarios, procurando que corra a sus anchas. Habrá que cepillar sus dientes con frecuencia desde pequeño. Los premios anti-sarros serán muy útiles. Prefiere el agua templada para su baño mensual, con ayuda del cepillo el champú penetrará correctamente.
¿Qué tan saludable es?
Entre las dolencias que pueden comprometer la salud de un perro akita se cuentan la displasia de cadera y los problemas inmunitarios. También puede sufrir afecciones a nivel de sus rodillas o disfunción de la tiroides. Las principales causas de muerte de un akita son el cáncer, cardiopatías o enfermedades gastrointestinales. De igual manera, pueden padecer de inflamación o torsión gástrica.
Un collar antiparasitario será esencial para prevenir el contagio de gusanos, pulgas o garrapatas. Las visitas regulares al veterinario son imprescindibles para mantenerlo saludable y detectar a tiempo cualquier enfermedad.
Claves para una correcta educación
La persona que quiera adoptar a un akita requiere gozar de un carácter fuerte. De lo contrario, sería el can quien lleve la batuta en la relación imponiendo su parecer a cada momento.
De hecho, si considera muy “blando” a su dueño optará por ignorar sus órdenes. En consecuencia, su crianza en Japón se asocia con nobleza, privilegio y una acción honorable.
Los especialistas recomiendan una estimulación mental constante. ¿Cómo hacerlo? Lo mejor será enseñarle de forma regular nuevos trucos, el reconocimiento de una diversidad de enseres así como obediencia avanzada.
A nivel físico, la estimulación puede hacerse practicando juntos senderismo. También fomentando el ejercicio del agility, para evitar que le resulte cansino bastará con dedicarle una hora al día.
Curiosidades
En la Segunda Guerra Mundial por mandato policial se capturaron todos los canes, a excepción del pastor alemán. Llegó a utilizarse la carne del akita como comida y su piel como materia prima para uniformes militares.
Para su protección, se envió a los canes a pequeñas regiones donde los campesinos fingían usarlos para vigilar las tierras. Después de una traumática historia, al akita se le considera el mejor de los canes de Japón.
De hecho, simboliza tanto prestigio como riqueza porque en la antigüedad solo los nobles podían tenerlos. También se le tiene como talismán de la fortuna. Es una tradición regalar una estatuilla de este perro cuando un conocido está enfermo o nace un bebé.
Un akita que hace historia
En los años 30 hubo un ejemplar de akita cuya historia conmovió a los japoneses. Su nombre era Hachiko. Era tal la lealtad que profesaba a su dueño que esperó su retorno por casi una década. Desafortunadamente, su amo había muerto. Pero el perro sin asimilarlo continuaba su espera en la estación de Tokio. Los transeúntes al ver su conducta le dieron comida y comenzaron a cuidarlo.
De esa manera, toda la urbe conoció la historia. Entonces, las autoridades niponas levantaron una estatua para este singular akita, en el año 1935, con Hachiko presente.
Fue tal el impacto de esta muestra de lealtad, que para 1987 los japoneses hicieron la peli “Hachiko Monogatari”. Es decir, “La historia de Hachiko”. Fuera de las fronteras tuvo eco. Hasta el punto de darse una adaptación inglesa bajo el nombre de “Siempre a tu lado, Hachiko”. Filme que fue protagonizado por el popular intérprete Richard Gere.
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