La avutarda es un ave exuberante y de gran tamaño. Es una de las especies más pesadas de la fauna avícola. Aunque puede surcar el aire y planear ciertas distancias con un vuelo enérgico, prefiere caminar y correr con sus largas extremidades. Pertenece a la familia Otididae, y es la única variedad del género Otis que ha sobrevivido.
Hoy en día hay dos subespecies registradas: la Otis tarda dybowskii, que habita en el este de Asia, y la Otis tarda tarda, con presencia en Europa, África y Asia.
A pesar de ser un ave con tendencia al sedentarismo, la avutarda se desplaza de un lugar a otro cuando cambia la estación y el clima. Se mueve en grupos, siendo la hembra la que generalmente lidera estas movilizaciones.
Características de la avutarda
En este género los machos tienen una contextura mucho más desarrollada que el sexo opuesto. Llegan a pesar 16 kilogramos, mientras que las hembras no sobrepasan los seis o siete kilos. Este número podría variar según el país o la región en que habiten.
En cuanto a la talla, el macho mide de 90 a 110 centímetros de alto. Sus alas extendidas pueden alcanzar cerca de tres metros. La hembra, por su parte, mide de 75 a 85 centímetros de alto, y sus alas se despliegan unos dos metros.
La avutarda tiene cuello y patas delgadas y largas. Su cuerpo es grande y ovalado, cubierto de plumas de una llamativa coloración. La mayor parte del penacho es marrón, combinado con ocre, blanco y negro. En el área del vientre y bajo sus alas, muestra un tono claro. El cuello es gris y en la parte superior resaltan el castaño y el dorado.
Los machos se identifican fácilmente por sus bigotes, que son finos y largos (aproximadamente de 15 centímetros). Se hallan en la parte de abajo del pico y crecen entre el tercer y sexto año de vida del ave.
Las hembras tienen un pelaje muy llamativo, pero más opaco que el de los machos, y no poseen bigotes como ellos. En la avutarda dybowskii sobresale el color gris en ambos sexos y unas rayas acentuadas en la parte superior.
Reproducción y comportamiento
Las avutardas se caracterizan por ser fieles al lugar que escogen para aparearse. Acuden allí todos los años para hacer una especie de cortejo o exhibición llamado lecks. Los machos reúnen a las hembras y hacen lo que se conoce también como “la rueda”, para atraerlas. Abultan más su garganta y caminan en retroceso con el pico alzado. Para este momento ya han renovado parte de su penacho y lo plagan para caminar así por varios minutos. Este espectáculo se puede apreciar entre marzo y abril.
Luego de aparearse, el macho se desentiende y es la hembra quien se encarga del resto. Expulsan dos o tres huevos, de concha marrón claro, gris, azulada o brillante, y luego los semientierran y cubren con follaje. Ahí permanecen de 21 a 28 días, hasta que la cría sale del caparazón. Enseguida se incorpora a caminar con su mamá para buscar comida. Por unos 15 días más la alimenta su progenitora, y después de un mes ya es independiente. No obstante, se queda junto a ella por un año.
Estos animales son silenciosos, pero cuando se aparean gruñen en la rueda. En total pueden vivir hasta 15 años. Los machos quizás un poco menos, debido a las violentas trifulcas que puede propiciar durante el apareamiento.
Hábitat y alimentación de la avutarda
Por lo general la avutarda habita en praderas naturales y campos abiertos, pero se ha incorporado a llanuras donde hay cultivo de cereales y pastoreo.
Con la llegada del verano, esta ave se refugia en sitios donde hay árboles y plantaciones de girasoles, trigo, cebada, olivos y almendras.
La dieta alimenticia de las avutardas cambia según la temporada, pero básicamente se basa en vegetales e invertebrados, siendo la alfalfa su comida predilecta. Por ejemplo, en primavera y verano se nutre de semillas, hierbas, saltamontes, grillos, huevos de otras especies y gusanos. En invierno busca leguminosas y de vez en cuando algún roedor.
Especie en movimiento
La avutarda es un ave que tiende a desplazarse, sobre todo en invierno. A excepción de la época de apareamiento, machos y hembras no andan juntos. Y son ellas las que más cambian de hábitat.
En verano los machos ibéricos migran a lugares más frescos porque no les gusta el calor extremo. Al culminar esta estación regresan a su zona de origen, donde pasarán el invierno. Investigadores calculan que en Europa hay de 27 a 32 mil avutardas, la mayoría de ellas en España.
Amenaza latente
Las crías de avutarda son presas fáciles de depredadores en vista de que no tienen la habilidad de correr para salvarse. Se estima que un promedio de 80% de estos polluelos no sobreviven a los acosos de zorros, linces, lobos o águilas.
La población de avutardas ha disminuido considerablemente por las transformaciones que han sufrido sus espacios de convivencia. Se han visto delimitados y ocupados por sembradíos, maquinarias, vías edificaciones.
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