En las aguas del norte del Pacífico, se halla la ballena gris. Aunque comúnmente se le cataloga como ballena, los expertos explican que está más emparentada con el rorcual (mamífero con surcos epidérmicos en la garganta y el pecho, aleta dorsal pequeña y cabeza aplanada.) Es un cetáceo misticeto de la familia Eschrichtiidae, y su nombre científico es Eschrichtius robustus.
En la antigüedad, la ballena gris vivió en las aguas del Atlántico, pero se extinguió en esa área al igual que en la zona occidental del Pacífico. Las poblaciones actuales nadan partiendo de Ojotsk hacia Corea meridional, y otras recorren Alaska y Baja California Sur.
Características de la ballena gris
Su piel es grisácea con motas níveas, que distinguen a cada ejemplar del resto. Debido a ello, con el tiempo se hace difícil notar su tono gris. La hembra es de mayo tamaño que el macho. Un espécimen adulto puede medir de 13 a 15 m de largo, mientras su peso oscila entre las 15 y 33 toneladas.
La ballena gris está cubierta de mariscos con comportamientos parasitarios. Tiene diversas prominencias en su lomo, aunque está desprovistas de aleta dorsal. Su testa resulta compacta en comparación con el cuerpo, y tiende a inclinarla partiendo de sus narinas.
Su boca está curva hacia el cielo, casi como si sonriera. Su barba mide cerca de 50 centímetros de longitud. Posee un matiz pajizo o blanco, y le ayuda a percibir qué ocurre en el agua. Además, cuenta con cerca de 180 placas en cada flanco de su mandíbula, que facilitan su alimentación.
¿Cómo se comporta?
Las manadas de ballenas se denominan vainas. La ballena gris compone vainas de cinco miembros, pero se documentó una que contaba con 16 ejemplares. Estos cetáceos se rotan de amigos.
Sus lazos son débiles, por ello dejan una vaina por otra. Con frecuencia la ballena gris sorprende por su nado veloz. Los expertos consideran que le permite “sacudirse” los parásitos de encima.
En ocasiones, puede parecer que “toma el sol”, un hábito muy curioso. Destaca por cruzar largas distancias durante su migración, alcanzando los 22 km, en un viaje que dura dos a tres meses.
Entre noviembre y diciembre emprende el trayecto desde Bering hasta Baja California. En la época invernal, prefiere aguas que no superen los cuatro metros de profundidad. La temperatura también importa. Por eso debe aproximarse a los 20ºC.
Alimentación de la ballena gris
Este cetáceo encuentra su menú en el fondo del mar. Entre sus platillos predilectos se hallan los crustáceos, huevas, gusanos marinos, larvas y camarones.
Para hacerse con ellos, la ballena gris revuelve el lodo valiéndose de su hocico. En su boca termina tanto el lodo como sus presas, para filtrar estas últimas se vale de su barba.
A manera de filtro, la barba deja en su boca las deliciosas presas, mientras expulsa el agua y fango. Acá la naturaleza demuestra su sabiduría, pues los pájaros aprovechan la oportunidad para comer los invertebrados que la ballena gris deja en la superficie. Al día, puede incluso ingerir más de una tonelada de alimentos.
Reproducción de la ballena gris
Son maduras sexualmente al cumplir los 9 años, si cuentan con 36 metros de largo también están listas para aparearse.
Se aparean en aguas cálidas. En ocasiones, aprovechan también el trayecto migratorio. Durante la migración también dan a luz.
Las ballenas azules se aparea en grupos, normalmente de tres ejemplares o más. Esto eleva las posibilidades de que haya descendencia. Por otra parte, el macho no se involucra con la atención de los hijos.
La mamá ballena gris tiene a una cría cada 24 meses. Su gestación dura un año, suelen criar a los ballenatos en las lagunas propias de Baja California. Nada más al nacer, las crías nadan sin problemas. Al llegar al mundo pesan más de 450 kg y miden 4,8 m. En el primer semestre, los ballenatos se alimentarán de la leche materna. Sin embargo, resulta común que sigan con la madre por dos años más.
La estancia en aguas cálidas permite a los hijos desarrollar un manto espeso de grasa. Necesaria como protección y abrigo de cara a las bajas temperaturas. La ballena gris vive 25 años, aunque hay ejemplares que alcanzan 80 años.
Su relación con el ser humano
Al frecuentar las costas, quedaron al alcance del hombre, lo que posibilitó su sobreexplotación. De hecho, a finales del siglo XIX se creyeron extintas. Creencia que se desplomó en 1911, ante el avistamiento de ejemplares.
Durante 1947 se declaró protegida a la especie. Aunque se permitió una taza de caza al año solo aplicable a los aborígenes que vivían en la costa de la Unión Soviética.
Para 1990, la ballena gris tenía 23 mil ejemplares. Actualmente, su migración atrae a turistas a las diversas costas, donde las vainas emprenden el viaja hacia el norte.
Por ahora, se la UICN la considera una preocupación menor. En la naturaleza, posee como depredador solo a la orca. Esta ataca a las crías presentes en los grupos, con la finalidad de alejarlas de la mamá.
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