Los expertos estiman que el bichón frisé es originario de Francia. De igual forma, hay grandes posibilidades de que tenga raíces españolas. Desciende del bichón maltés. Se caracteriza por ser pequeño y una raza de compañía. Su pelaje es distintivo al parecer una bola blanca de algodón.
Tiene un carácter enérgico y alegre. Antiguamente, formó parte de circos, espectáculos ambulantes u obras con títeres. Tiene amplia resistencia física, además de ser fácil de adiestrar. Destaca como caza ratones, perro de terapias o en geriátricos. También, congenia bien con niños.
Características del Bichón frisé
Constituye una gran opción para aquellas personas primerizas con los perros. Tiene su lomo amplio, fornido y ligeramente curvado. En cambio, su cadera es redondeada. Por encima, su testa es chata y más alargada en contraposición con su hocico.
Su nariz redondeada es negruzca, al igual que sus ojos. Sus pequeñas orejas caen a los lados. Su pelaje blanco puro alcanza los 10 centímetros de largo. Su melena es delgada, sedosa y con tendencia a rizarse. Lleva su cola en alto o curvada sobre el lomo siendo esta de abundante pelaje.
Su peso varía desde los 3 hasta los 6 kg. El bichón frisé macho alcanza un máximo de 30 cm de altura de cruz. En contraste, la hembra llega a los 26.5 cm. La esperanza de vida de esta raza oscila entre los 16 y los 20 años.
¿Cómo es el temperamento del bichón frisé?
Además de su alegría, dinamismo y travesura innatos, se muestre muy afectuoso con la familia. Con frecuencia buscará el cariño de sus humanos, compartiendo tanto el día como el descanso con ellos. Antes de adoptar a un bichón frisé, hay que estar consciente de que demandará mucha atención.
Es un gran socializador entre animales, perros en general o humanos. Sin embargo, la socialización deben aprenderla desde cachorro así se prevendrán conductas tímidas o violentas a futuro. Puede vivir en apartamentos gracias a su reducido tamaño.
Está lejos de ser ladrador de oficio. Así que facilitará su aceptación de parte de los vecinos, incluso los más huraños con los perros. Por otro lado, el bichón frisé no tiene talante de perro guardián.
alimentación del Bichón frisé
Para que el pelaje, piel y organismo en general funcionen bien el bichón frisé requiere una dieta sin excesos de calorías. La desmesura de grasas saturadas también derivará en obesidad.
En su dieta deben estar presentes las grasas sanas como Omega 3 y Omega 6. ¿Tiene un apetito voraz? Entonces, lo mejor será repartir su alimento en dos tomas diarias. También se vale medir la dosis de galletas o premios.
¿Cómo cuidarlo apropiadamente?
El pelaje del bichón frisé es propenso a formar nudos. Por ello, será indispensable peinarlo y cepillarlo mínimo una vez por día. Lo recomendable será echar mano de un cepillo de mantequilla con cerdas alargadas. Peinando en la dirección en que crece el pelo.
Ante la presencia de nudos, lo aconsejable será apelar al peine. De igual forma, este perro necesita visitar la peluquería canina bimensual como mínimo. Bastará bañarlo cada mes con un champú acorde a su pelaje y raza específica. El bichón frisé no acostumbra a perder pelo, siendo excelente para las personas alérgicas.
Por otra parte, habrá que prestarle mucha atención a la región de los ojos. Bien sea ante la presencia de legañas para limpiarlas con tiempo o para recortar el pelo en el área.
Necesitará de ejercicio módico a diario. Un par de paseos al día pueden cubrir este requerimiento. Funcionará también jugar con otros canes o perseguir la pelota. Habrá que evitar que pasee solo largas horas, o que esté confinado en el jardín lejos de la familia y sus actividades.
¿Qué problemas de salud puede padecer?
Entre las afecciones que más se asocian a la raza se cuenta la luxación patelar medial por demasiado ejercicio. Acá el perro experimenta debilidad a nivel de sus rótulas. De igual forma, es propenso a perder la vista a temprana edad. Los cálculos en la vejiga son recurrentes en razas compactas.
El riesgo de desarrollar cálculos aumenta si el perro consume altas cantidades de fósforo, magnesio y proteína. Se detecta por la micción recurrente, cansancio, debilidad o malestar general. Se agrega a la lista padecimientos la displasia de cadera, convulsiones o escasa pigmentación en su dermis.
El bichón frisé también puede presentar alergias y pérdida de piezas dentales. Desde el principio necesitará desparasitación, así como tener sus vacunas al día. Las visitas regulares al veterinario permitirán una detección temprana de cualquier síntoma o malestar.
¿Cómo entrenarlo?
El bichón frisé hace gala de gran inteligencia que le permite aprender con facilidad una diversidad de trucos. También se familiarizará sin mayores complicaciones con una vasta gama de órdenes. No obstante, para que sea así necesita un acompañamiento oportuno.
Las indicaciones tienen que ser claras y comprensibles de manera que se eviten confusiones. Su entrenador o dueño debe transmitir tranquilidad en su liderazgo. Sin buscar forzar, imponer o mostrarse superior al perro. Tampoco hay que dejarlo actuar como se le antoje, porque sin reglas será desobediente.
También puede mostrarse terco, algo muy contrario a su buen carácter. Como es frecuente en los canes de compañía, hay que evitar considerarlo débil o frágil. Porque podrá desarrollar el síndrome de los perros pequeños.
En contraposición, si se descuida o pasa muchas horas solo se tornará ansioso al momento de separarse de su dueño. Es común que el bichón frisé destaque en actividades como mini agility, competencias de obediencia y flyball.
Curiosidades sobre el Bichón frisé
El bichón frisé ha sido compañero de reyes como Enrique III. Era tal su amor por estos canes que solía llevar a su ejemplar dentro de una canasta. Esta colgaba de su cuello con la ayuda de lazos. En poco tiempo los nobles que rodeaban al monarca lo imitaron.
Deja una respuesta