El bichón habanero constituye una raza compacta de perros de compañía que se considera autóctona de Cuba. Aunque fuentes afirman que tiene sus raíces entre España e Italia, desde donde fue llevado a tierras cubanas.
Destaca a simple vista por su pelaje delgado y suave, por su talante simpático a la par de su energía. El bichón habanero tiene un peso que oscila entre los 3.6 kg a los 6.8 kg.
El vocablo “bichón” proviene del francés y hace referencia a su carácter faldero. Mientras que “habanero” hace alusión al pelaje semejante a un habano.
Características del Bichón habanero
La contextura del bichón habanero es pequeña y más alargada que alta. Por lo regular mide entre 23 hasta 27 cm. Su vientre dista de ser abultado, su testa es dilatada aunque achatada por encima. Su nariz puede ser café o negruzca.
Tiene ojos grandes y afables, almendrados o pardos. Sus orejas caen simpáticamente a los laterales de las mejillas. Posee una cola que se curva sobre su lomo. También ostenta un flequillo distintivo de los canes con pelaje sedoso.
El bichón habanero suele tener únicamente un manto. Aunque en ocasiones también posee una capa corta. Su pelaje puede llegar a los 18 cm de largo, siendo sedoso, con ondas o mechones rizados.
Los colores varían entre castaño rojizo, tabaco, castaño habano, negruzco o níveo. De igual forma puede presentar motas.
El comportamiento del bichón habanero
Tiene un carácter vivaz. Es amante de los juegos y la compañía. Cuando se le educa de la forma adecuada, se evitan actitudes agresivas, nerviosas o tímidas con personas u otros animales.
Desconfía de los desconocidos. Debido a ello, se le puede entrenar como perro de alarma. Gracias a su pequeño tamaño y baja demanda de ejercicio, será sencillo tenerle en un departamento.
Puede seguir a su dueño por casa, sin tornarse celoso. Se lleva bien con grandes o pequeños. Se le emplea como can de terapia o de ayuda para personas sordas.
Más detalles sobre su carácter
Tanto la compañía de la familia como la estimulación de su mente son básicas para el bichón habanero. Hacen gala de gran inteligencia que facilita su adiestramiento. De hecho, en la antigüedad era frecuente verlo actuar en circos.
En la actualidad, la raza no destaca en las especialidades del entrenamiento perruno, ni en circos. Sin embargo, sus dotes quedan claras en áreas como agility, obediencia en competencias o estilo libre canino.
El entrenamiento se realiza con reforzamiento positivo. Entre sus conductas a corregir están los estruendosos y consecutivos ladridos. También la ansiedad ante la ausencia del dueño o la destrucción de enseres.
Estas conductas se derivan de la falta de compañía, actividad física o estímulos mentales. Sin embargo, se trata de casos puntuales. Es tal la facilidad de crianza del bichón habanero que es una gran opción para dueños primerizos.
En el hogar
Por su tendencia a los nudos es esencial cepillar al bichón habanero en días alternos. Se puede prescindir de los viajes a la peluquería canina. Los baños se recomiendan cuando está realmente sucio, máximo mensuales.
Este simpático can tampoco pierde pelaje. De manera que no ensuciará con él las estancias del hogar. Bastarán paseos cotidianos o juegos suaves para que se mantenga en forma. Si el dueño cuenta con piscina, el can amará nadar un rato.
El bichón habanero se ajusta a vivir en departamentos al igual que en metrópolis muy pobladas. Demandará mucha atención y compañía de la familia. Se desaconseja que esté confinado al jardín. Tampoco se sugiere que pase todos los días en solitario mientras la familia trabaja.
¿Qué cuidados son esenciales?
Necesitan mantener limpias sus orejas de excesos de mugre, polvo o cerilla. También se debe recortar el excedente de pelo en la zona. Una rutina a fondo la hacen únicamente los expertos. Con un chequeo semanal en casa debería bastar.
Cada 21 o 30 días se cortan sus uñas, así se mantienen con un centímetro de largo. Al principio, lo hace el veterinario para evitar que el bichón habanero resulte herido.
Si se familiariza desde cachorro con el corte, no será agresivo de adulto. Lo idóneo será un corte de pelo entorno a sus patas, previniendo un acabado redondo. Así como un corte en torno a sus ojos con fines higiénicos.
Por otra parte, si el ejemplar irá a concursos se obvian los cortes. Las visitas al veterinario deben ser periódicas para evitar cualquier enfermedad o detectarla a tiempo. Asimismo, para que esté vacunado y desparasitado cómo debe.
Escasas enfermedades
Del bichón habanero destaca su salud de hierro. Son contados los padecimientos que se asocian a la razón, pero siempre es sano conocerlos. El can puede desarrollar cardiopatías, displasia en la zona de la retina, luxación patelar, cataratas así como otitis externa.
Del resto, conviene estar atento a la presencia de lagañas. Porque al lagrimear con frecuencia tiende a desarrollarlas. Son más visibles si es un ejemplar con el manto níveo.
Claves para educarlo
La socialización temprana se alza como esencial para todos los perros, el bichón habanero no es la excepción. Este proceso le permitirá convivir sin conflictos con grandes, chicos, animales e incluso para que no cause destrozos en los enseres de la casa. También, se previene que por el miedo actúe de forma brusca o contraproducente. En medio de la urbe, es natural que experimente temor o inseguridad.
Algunas curiosidades del Bichón habanero
Además de bichón habanero, se le conoce como bichón habanés. No porque la raza se desarrollara en Cuba, sino por su pelaje semejante a un habano. Sin embargo, cabe destacar que Cuba lo escogió como raza nacional.
Las crías pocas veces conservan el tono de pelaje con el que nacieron cuando llegan a la adultez. Además, esta raza puede tener alteraciones en su físico. Las más usuales incluyen deformidades en las patas, trufa sin pigmentación o protuberancias (superiores o inferiores).
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