Entre las diferentes especies de serpientes no venenosas que habitan el continente americano, encontramos a la boa constrictor. Su población se extiende desde Argentina hasta México, ocupando las regiones de climas tropicales y subtropicales. Perteneciente a la familia Boidae, la boa constrictor, por su tamaño, ha sido asociada en reiteradas oportunidades con la anaconda, pero esta última posee una longitud mucho mayor que la boa. En general, estos animales no entrañan ningún peligro para el ser humano.
Descripción de la boa constrictor, Sus características
Estos animales poseen una longitud que va desde los 50 centímetros hasta los 4 metros. Esto va a depender a cuál de las 10 subespecies existentes pertenece. En Surinam se detectó la presencia de un ejemplar cuya medida alcanzaba los 5,5 metros. Ese ejemplar hoy vive en cautiverio en el Zoológico de San Diego.
El cuerpo de la boa constrictor está recubierto de escamas que en la parte dorsal del animal exhibe tonos rojizos sobre fondos que pueden variar entre blanco, marrón o dorado. La boa realiza varias mudas de su piel durante su vida y en los días previos a este acontecimiento, la piel adquiere un color gris, apagado y poco vistoso, mientras que los ojos se vuelven blancos cremosos
De acuerdo a restos fósiles analizados, se ha podido establecer que los antepasados de la boa constrictor estaba provista de dos patas traseras. El proceso de adaptación ha convertido a esas patas en 2 espolones pélvicos que el macho utiliza durante el cortejo.
Las expectativas de vida de una boa constrictor en la naturaleza alcanza, por lo general, los 20 años. En cautiverio, estos animales pueden llegar a vivir 30 años fácilmente.
Reproducción DE LA BOA CONSTRICTOR
Estas variedades de serpientes son polígamas y son las hembras las encargadas de atraer a los machos mediante las feromonas que van soltando por medio su cloaca.
Los machos están provistos de hemipenes, es decir 2 órganos reproductores. El macho introduce uno de ellos dentro de la hembra para depositar su esperma.
En el proceso de gestación, la hembra incuba los huevos en su interior por un período que puede variar entre los 5 y los 8 meses, dependiendo de las condiciones climáticas. Durante la gestación, la hembra realiza una muda de su piel. Luego de la eclosión de los huevos, pueden nacer entre 25 y 60 crías que medirán unos 40 centímetros de longitud.
Las crías de la boa constrictor no comenzarán a comer hasta que hayan efectuado su primera muda de piel.
Comportamiento de la boa constrictor
Estos animales poseen hábitos solitarios y nocturnos. Durante el día prefieren mantenerse escondidas entre las ramas de los árboles o en algún hueco profundo de un tronco. Llegada la noche, la boa constrictor sale de cacería.
La estrategia para atrapar sus presas consiste en esperar agazapadas en las ramas de los árboles. En ocasiones suele bajar al suelo en busca de agua. Las boas constrictor son excelentes nadadoras.
Son serpientes que poseen una visión muy limitada. Para detectar a sus presas se vale de sus escamas termosensibles, conocidas como fosetas loreales. La dieta de la boa está constituida por lagartos, pájaros, zarigüeyas, murciélagos y roedores de distintos tamaños.
La boa mata a sus presas a través de la constricción – de allí su nombre – hasta estrangularlas. Luego, y debido a su enorme capacidad de abrir sus mandíbulas, la boa traga enteras sus presas y luego realiza un proceso de digestión que puede prolongarse por varios días. En algunos casos, finalizada la digestión, estos animales regurgitan los huesos de las presas y los expulsan.
La relación con los seres humanos
Durante muchos años se fue creando el mito que la boa constituía un peligro para exploradores y cazadores. Sin embargo, las boas no entrañan ningún riesgo para el ser humano.
Ya hemos señalado que estas variedades de serpientes no son venenosas, pero se caracterizan por tener un carácter muy irascible. Se defienden frente al peligro mordiendo a sus adversarios. Una mordedura de boa puede resultar sumamente dolorosa pero totalmente inocua.
Actualmente, la boa constrictor es objeto de captura para domesticarlas. Su amplia dieta resulta en un animal fácil de mantener, pero las dificultades se presentan en que su mantenimiento en hábitats reducidos tiende a exasperar el carácter de la serpiente, se vuelven nerviosas y muerden ante el primer intento de acercamiento.