Todos son similares a un perro, pero viven en estado salvaje. Se trata de los cánidos o Canidae. Unos mamíferos de porte imponente, que se alimentan principalmente de carne. En ocasiones también ingieren insectos, frutos y huesos.
Su origen se ubica en Norteamérica, hace unos 54 millones de años. Luego se expandieron por casi todo el mundo, a través del estrecho de Bering. Hoy, los únicos sitios en los que no se encuentran son la Antártida y las islas del Océano Pacífico.
En el grupo de cánidos están los lobos (incluso los perros), zorros, dingos, chacales, licaón y coyotes. Se hallan entre los carnívoros más viejos del planeta. Su capacidad de adaptación al medio es destacada. De allí que existan decenas de subespecies.
características de los cánidos
Son musculosos y fuertes. Son de diversos tamaños, por lo que pesan entre 1,5 y 50 kilos. El lobo es el de mayor talla. Su esbeltez y flexibilidad les distinguen. Poseen cuatro patas alargadas y angostas. Cuando caminan asientan solo los dedos (tienen cinco atrás y cinco adelante), lo que los cataloga como digitígrados.
Estos dedos están protegidos por una especie de almohadas que evitan que se lastimen por el calor o frío. Sus garras son chicas y no se retraen como en los felinos. Esto porque no las usan para cazar.
Ostentan orejas picudas y grandes. El hocico es afinado y largo. Sus dientes son fortísimos. Las muelas y colmillos son un arma mortal. Tienen la resistencia suficiente para atacar y masticar a sus presas. La dentadura de la mayoría de los cánidos está integrada por 42 piezas.
Sentidos e inteligencia
La capacidad intelectual de los cánidos se destaca por encima de otros mamíferos cazadores. Poseen una estructura cerebral desarrollada. Para capturar a sus víctimas aplican estrategias con deliberación que les aseguran el triunfo.
Sus sentidos del oído y el olfato son superiores. Esta condición le permite a los cánidos ir de cacería en horas nocturnas y burlar a sus depredadores. Para delimitar sus tierras orinan la superficie y segregan sustancias odorantes. Esto sirve para que la manada pueda encontrarse. También para la excitación sexual.
Sociabilidad de los cánidos
A los cánidos les gusta andar en manada. Un ejemplo claro son los lobos, que son la especie salvaje que más abunda. Ellos prefieren salir en grupo para atrapar presas o explorar nuevos hábitats.
Su destacada sociabilidad no impide que algunos cánidos se rijan por un jerarca o “macho alfa”. El líder cuida de sus pares y pelea con quienes amenazan con invadir su espacio. Igualmente se enfrenta con otros para poseer a las hembras. Esta actitud es muy similar a la de los canes domésticos.
alimentación de los cánidos
Se clasifican como omnívoros, pues aunque su condición carnívora predomina, si no hallan carne pueden alimentarse de otras cosas. Dependiendo del lugar donde vivan, los cánidos pueden comer frutas, vegetales, plantas e insectos.
Los lobos, los más grandes, pueden cazar animales de gran tamaño como los jabalíes, ovejas, búfalos, vacas y otros ungulados. Sus estómagos son sencillos y como están diseñados para ser carnívoros los intestinos son cortos.
Su dentadura está creada para desgarrar las carnes, por ello es muy fuerte. En la escala de depredadores ocupan el segundo puesto, después de los felinos. También son carroñeros, por lo que no desperdician las sobras de animales muertos.
hábitat de los cánidos
La fabulosa capacidad de adaptarse de los cánidos, hace que se encuentren en casi toda la superficie terrestre. Especialmente la especie Canis lupus o lobo, que abunda en muchas naciones. Donde no hay lobos, aparecen entonces los chacales (sudeste europeo, Asia y África) y los dingos (Australia y Tailandia).
Difícilmente verán cánidos durmiendo al aire libre. Estos animales buscan resguardarse al caer el sol en cuevas o cualquier hoyo formado en los bosques. Esto ocurre porque además de abrigarse, están más cerca de sus presas.
La invasión humana de su hábitat ha mermado su presencia. Igualmente el hecho de que los cacen. El “Zorro de Darwin” ha sido el más perjudicado, al punto de que se halla en “peligro de extinción”.
Relación con los humanos
Solo los perros han podido convivir con los seres humanos en armonía. El resto necesita estar en su medio salvaje para poder subsistir. Por ejemplo, los coyotes son mal vistos porque entran a los campos y granjas para comerse animales del corral.
La territorialidad es una característica bien marcada de los cánidos. Por ello, cuando una persona penetra en sus predios puede ser atacada. Los animales se sienten amenazados, especialmente cuando tienen cachorros.
Reproducción
Estos mamíferos suelen tener camadas que van de 1 a 15 en cada parto. La cantidad varía de acuerdo al tamaño de la especie y la oferta alimenticia del hábitat. Los cánidos recién nacidos son frágiles, delicados y pasan un largo tiempo junto a su madre antes de independizarse.
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