La cigarra es un tipo de insecto de la especie Cicadidae, que pertenece a la familia de las Hemipteras. Se le conoce alrededor del mundo por otros nombres comunes como chicharra, coyuyo, chiquilichi y tococo. Tiene un cuerpo robusto, y su mayor característica es el sonido fuerte y estridente que emiten los individuos machos en ciertas épocas del año. Aunque pareciera ser siempre igual, tiene diferentes tonos según objetivos específicos: alertar o atraer a las hembras.
Actualmente se sabe de la existencia de unas de tres mil especies de cigarras que habitan en casi todo el globo terráqueo, a excepción de la Antártida. Se clasifican en cigarras periódicas y cigarras anuales. Las primeras tardan en desarrollarse de 13 a 17 años, mientras que las segundas aparecen entre la vegetación una vez cada 12 meses.
Características de la Cigarra
Las cigarras tienen un cuerpo ancho, ojos grandes y alas transparentes. Su coloración va entre marrón oscuro, verde, negro y gris. Algunas variantes muestran en su esqueleto pequeñas manchas que se alternan con puntos brillantes y mates.
Miden entre 15 y 65 milímetros de largo. Su cabeza está en posición de reposo hacia atrás. Su dorsal es reducido, pero desarrollado, y sus patas cortas tienen de una a tres divisiones.
Este animal posee dos pares de alas uniformes y compuestas por membranas, que se reproducen y se colorean con diferentes tonalidades. Cuando están en reposo, adquieren forma de tejado.
La cigarra tiene un aparato bucal ductor, por el cual se alimentan de la savia de los árboles y de otras plantas.
Canto de las cigarras
Los machos emiten un sonido ensordecedor en la etapa de apareamiento, para atraer a sus parejas. En cada especie varía la entonación de este canto. Unas le dan más musicalidad que otras, aunque para el oído humano no haya diferencia.
El sonido de la cigarra sale del aparato estridulatorio que tienen ubicado a los lados del abdomen, formado por finas películas quitinosas conocidas como timbales, y sacos con aire que cumplen la función de una caja de retumbe. Mientras, los órganos auditivos los tienen en el tórax.
Estos insectos cantan en cualquier momento, pero mayormente en la noche y al amanecer. Por lo general lo hacen consecutivamente por dos semanas, hasta que algunos mueren por la diferencia de presión.
Se dice que el canto de la cigarra es uno de los sonidos más fuertes que existe, llegando a alcanzar unos 115 decibelios (más alto que un concierto de rock). A partir de 120 decibelios, un ruído causar dolores de cabeza a los humanos.
Las cigarras hembras tienen bien entrenados sus sentidos para identificar el sonido que emiten los machos. De allí que cuando hay una sonoridad similar en la zona, como por ejemplo el de una máquina podadora de césped, a ellas les atrae y se dirigen hacia donde está el aparato. Entonces, los machos las siguen para cotejarlas.
Reproducción de la cigarra
Dependiendo de la especie, la cigarra pueden vivir casi dos décadas. Las hembras ponen entre 400 y 600 huevos en el interior de las ramas de los árboles y luego mueren. En los días siguientes, estos huevos se abren y las larvas o ninfas (insectos jóvenes) van a parar al suelo y se entierran unos 30 centímetros de profundidad. Allí habitan de 13 a 17 años, tiempo durante el cual se nutren del néctar que extraen de las raíces vegetales.
Una vez que culmina ese periodo, las cigarras buscan salir a la superficies porque ya se consideran adultas, con alas y órganos reproductores. Entonces, empiezan a cavar túneles por la tierra hasta subir a los árboles, listas para el apareamiento. Hecho esto, no sobreviven por mucho tiempo más, pues duran de cuatro a seis semanas. En ese lapso tienen que defenderse de los depredadores y alimentarse para poder cumplir con su objetivo: hallar un macho y multiplicar a la especie.
Muchas de ellas se emparejan es en los meses más cálidos. En esa temporada se produce un fenómeno ensordecedor con el canto colectivo de los machos, el cual se alarga por unas dos semanas mientras se aparean, vuelan, ponen huevos y mueren.
Otros datos sobre la cigarra
La cigarra puede vivir en diferentes ambientes, entre fríos y caliente, siendo estos últimos los más predilectos. A diferencia de la especie langosta, las periódicas no llegan a ser plagas destructivas, a pesar de que centenares de ejemplares se pueden ubicar en espacios pequeños.
Los enjambres de estos insectos pueden llegar a enfermar a los árboles más jóvenes cuando los invaden para alimentarse y aovar en ellos, pero los árboles más viejos resisten estas invasiones.
Las cigarras son presa de pájaros, hormigas, arañas, reptiles y algunos mamíferos pequeños.