El cocuyo es un animal que brilla en la oscuridad, incluso más que las luciérnagas. Su nombre científico es Pyrophorus, pertenece al género de los coleópteros polífagos, y a la familia Elateride. Se trata de una especie bioluminiscente, término empleado para describir la producción de luz por parte de cuerpos vivientes. Curiosamente, lo hace sin emitir calor extra. En algunos pueblos y países es conocido como tucu-tucu, cucuyo y cucubano.
Historia
Algunos pobladores de la colonia utilizaban los cocuyos como lámparas. Los cazaban y los metían en una cajita para obtener un poco de luz. Las mujeres indígenas también los capturaban para colocárselos en el pelo o en sus vestidos de fiesta, como un accesorio más de su indumentaria.
Se desconoce en qué año fueron descubiertos los cocuyos. Lo que sí se sabe es que una de las primeras poblaciones fue encontrada en Uruguay. Se popularizaron cuando el botánico sueco, Carlos Linneo, los agregó a su libro Systema Naturae. Su nombre científico (Pyrophorus) proviene de Pyro (fuego), y Phorus (portador), por lo que se traduce como portador de fuego.
Descripción de su luz
Existen casi 37 subespecies del cocuyo, la más conocida es la Pyrophorus noctilucus. Muchos zoólogos y botánicos continúan haciendo experimentos para saber cómo emiten luz con tan poco calor.
Este inofensivo animal es conocido por poseer luciferina, que no es más que un órgano fotógeno, cuya oxidación produce luz. También cuenta con «generadores» de luz en la espalda, llamados pronotos.
La luz que producen estos animales es de tonalidad verdosa. Cuando vuelan generan más iluminación porque cuentan con un tercer órgano. Este tercer órgano es mucho más fosforescente que los de la espalda. Está ubicado en la parte dorsal del abdomen y se hace visible cuando emprende el planeo.
Su bioluminiscencia se produce mediante la luciferina y la luciferasa, que se encuentran en las glándulas. Al liberar estos órganos fotógenos ellos se mezclan entre sí, lo que permite que se cree una reacción química que consume ATP y oxígeno. A través de este proceso se produce la luz verde.
Características del cocuyo
El Pyrophorus noctilucus tiene una forma alargada, mide entre tres y cinco centímetros y son negros por completo. Su pecho es acoplado o unido, poseen un tórax articulado por lo que si caen de espalda pueden ponerse de pies rápidamente.
Los cocuyos poseen unas manchas de tono amarillo claro que están situadas a los lados del tórax, que es por donde sale la luz verde. No cuentan con una deformación sexual notoria, ambos sexos son iguales. Emiten un sonido muy particular cuando están boca abajo.
Las larvas de este animalito que brillan en la oscuridad, son muy largas y les dicen «gusanos de alambre». Habitan debajo de la tierra o en las maderas que están en descomposición. Pueden llegar a durar hasta unos siete años.
Algo muy raro de los cocuyos es que sobreviven a la congelación, pues estos animales se incorporan a las frutas. A veces las frutas son congelados y ellos también, pero una vez que salen a la luz los cocuyos logran seguir con vida.
Hábitos y costumbres
Estos coleópteros pasan el día en la selva o bosque protegiéndose del calor, siempre vuelan cuando comienza a caer el atardecer. Cuando se ven atacados encienden sus luces que están debajo de la cabeza y con eso logra ahuyentar a su agresor. Los huevos de estos animales también brillan para no ser devorados por los depredadores.
Les encuentran en zonas cálidas de América, especialmente en las intertropicales y subtropicales. También se suelen ver en los campos que poseen grandes arboladas y que están cerca de los ríos o acantilados.
Reproducción del cocuyo
Cuando alcanzan las temperaturas necesarias de su cuerpo los machos y las hembras se unen, luego ponen los huevos, esto lo hacen las hembras. Los huevos también son luminiscentes y tardan mucho en crecer. Se saben que están aptos para estar solos cuando alcanzan su máxima temperatura.
Su alimento principal es el polen y uno que otro insecto, pero sus preferidos son los que tiene la originalidad de vivir en la epidermis vegetal. También se alimentan de fruta y uno que otro organismo vivo.
¿Los cocuyos predicen la muerte?
Algunas creencias populares en Latinoamérica le dan a los cocuyos el poder sobrenatural de predecir o anunciar una muerte. Las leyendas señalaban que cuando éstos alumbraban un sector seguramente cerca se hallaba un fallecido o alguien por morir. Mientras más intensa era la luz más probabilidades habían.
Igualmente, especialmente en República Dominica, se decía que si se veía un cocuyo muy iluminado era porque allí se encontraba un fantasma. Estos espíritus eran los que se encontraban en pena, pues no pudieron acceder al “Reino de los Cielos”. Igualmente, los cocuyos pequeñitos los vinculan a las ánimas.
Además se cree que matar a un cocuyo es de mal augurio. Quienes osan a terminar con la vida de este insecto estarían condenados a estar mucho tiempo sin la benevolencia de Dios. Este mito beneficia a la especie, pues ayuda a su supervivencia.
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