La codorniz es un ave doméstica, de las que se denominan ave de corral o de granja. Es originaria de Japón y de China pero habita en muchas regiones del mundo (Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, Venezuela, Chile, Colombia). Es famosa por sus pequeños huevos de gran contenido nutritivo y agradable sabor.
Su nombre científico es Coturnix coturnix, y es una especie galliforme, de la familia Phasianidae. Se dice que existen más de un centenar de razas de codornices silvestres, pero las más comunes son la japonesa, el colín de Virginia y la californiana.
Características de la codorniz
La codorniz es un ave de tamaño pequeño. Alcanza de 18 a 24 cm de largo y hasta 15 cm de ancho con las alas abiertas. La hembras es más pequeña que el machos, el cual llega a pesar 150 gr. Tiene un pequeño y curvado pico. Su cola es muy corta, al igual que las patas que, al ser de escasas proporciones, dificultan su desplazamiento en tierra. Pese a ello, se la pasa deambulando en el suelo.
Sus plumas son de varias tonalidades marrones, que van en degrades. Oscuras en la parte del lomo y más claras en la zona inferior. Además, resaltan los colores ocre, blanco y negro, así como unas líneas blancas que se dibujan en su pecho negro.
Aunque los matices sean semejantes, existen diferencias entre ambos sexos. La garganta del macho, es canela fuerte, destacándose en su barbilla una especie de franja negra. En la hembra resalta más el color crema.
Hábitat de la codorniz
La codorniz vive en lugares llanos, extensos y abiertos como praderas, o en terrenos cultivados de cereales, avena, centeno, cebada y alfalfa. Particularmente la codorniz común pernocta en Europa, exceptuadas las zonas árticas; en Asia, desde Asia menor hasta Mongolia y la India, y en el norte y el sur de África.
Comportamiento
Estudiosos han demostrado que la codorniz es un animal inteligente y sociable. Como dato curioso, es la única ave que migra de su propia familia, de allí la posibilidad de verla en grupos diferentes. Posee gran capacidad de adaptación, por lo que ha permanecido y evolucionado en distintos hábitats y regiones.
Puede volar si lo necesita y recorrer largas distancias. De acuerdo a los hábitos migratorios, al clima y a las circunstancia que enfrente, emite diferentes cantos pero siempre es bastante específico y efusivo. Los del macho suelen ser largos y periódicos; y los de la hembra empiezan bajo, como pitidos, pero se intensifican según la situación.
Este animal duerme durante el día en sitios tranquilos, principalmente en la copa de los árboles. Es bastante sensible al frío, por lo que huyen de los lugares con bajas temperaturas, especialmente en las horas nocturnas.
Alimentación de la codorniz
En estado natural, la codorniz incluye en su alimentación semillas, granos, verduras, gusanos e insectos. En las crías controladas, las proteínas son la base de su sustento. Consumen un mínimo de 24% de ellas.
Existen concentrados especialmente para codornices. Cada codorniz requiere 23 gramos de esos productos. El alimento de pollitos puede ser también una opción si no se encontrara el especificado.
Reproducción
Estas aves alcanzan su madurez sexual rápidamente. Los machos lo logran al llegar a la quinta o sexta semana, mientras que las hembras están en capacidad de poner huevos a los 40 días. La época de celo se desarrolla en los meses de abril y mayo, inmediatamente después de la migración de primavera.
Los machos batallan por las hembras. Las codornices buscan lugares cercanos a la humedad para edificar su nido. Pueden poner desde seis hasta 18 huevos, amarillentos con muchas manchas oscuras los cuales se incuban al cabo de veintiún días.
En los primeros tres años las hembras son muy buenas productoras de huevos, unos 300 por año, luego mengua la postura. Estas reproductoras son correctamente escogidas considerando su precocidad, alta postura y alta fertilidad.
Cría de codornices
Actualmente, numerosas granjas se especializan en la crianza de codornices, no solo por la calidad de sus huevos sino por otros atributos que hacen de ella un ave muy codiciada.
Quienes se dediquen a la cría de codornices deben conocer bien sus sonidos y los cuidados particulares que demandan lo cual es fundamental para preservarlas. De hecho ellas requieren mucha atención principalmente en relación a su higiene y nutrición. Entre los principales cuidados está colocar agua limpia y fresca diariamente.
Igualmente, deben desinfectarse los bebederos todos los días así como los pisos y bandejas una vez a la semana, conservar el espacio fresco pero sin entradas de aire. Las jaulas deberán ser metálicas para permitir una limpieza perfecta. En relación a la alimentación, es preciso que sea la adecuada en calidad y en cantidad cuidando que los alimentos no se contaminen.
Otros aspectos importantes son evitar que gente ajena a las aves las manipulen. Suministrarles cuatro horas adicionales de luz cuando se encuentran en países tropicales y garantizarles gran tranquilidad a las codornices ponedoras.
Amenazas para la codorniz
Entre las mayores amenazas de la codorniz se encuentra la acción humana que destruye su hábitat. El hombre también las somete a una cacería extrema convirtiéndolas en las aves más hostigadas de la tierra. A pesar de esto, la extinción de la especie no ocurre debido a que la fecundidad de estos animales favorece su multiplicación.
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