Aunque guarda ciertas similitudes con el castor, el coipo es sólo un pariente lejano de éste. Habitante de los humedales de Sudamérica, su mayor presencia se encuentra en Chile y Argentina. El coipo es un mamífero roedor, pertenece a un suborden conocido como histricomorfo y el nombre científico es Myocastor coipus. Uno de los nombres que se ha popularizado de este animal, desde la conquista española, es el de nutria, pero al igual que con el castor, sólo guarda un parentesco lejano con el roedor europeo. El nombre de nutria se mantuvo ya que favoreció los intereses comerciales de la industria peletera.
El coipo y sus características
El coipo es un roedor de importantes dimensiones. Llega a pesar entre 4 y 10 kilogramos. Su cuerpo tiene una longitud de más de 60 centímetros sin contar su cola – similar a la de una rata – que puede medir entre 30 y 45 centímetros.
Estos animales están recubiertos de un pelaje de color marrón oscuro y brillante, esto es de manera externa, ya que debajo de éste existe una capa de pelo color gris. Se puede distinguir a un coipo porque en el hocico posee una mancha de pelo blanco que resalta a sus incisivos color naranja brillante. La capa externa del pelo del coipo es áspera, pero debajo, su vello inferior es de una extrema suavidad y muy apreciado comercialmente.
Ojos y orejas pequeñas, son casi imperceptibles en su cabeza. El cuerpo está soportado por 4 patas cortas y sus dedos poseen una membrana interdigital que les facilita su desplazamiento en el agua. A diferencia de la nutria europea, que posee una cola abundante en pelaje, la del coipo se parece más a la de una rata y posee una textura escamosa.
Estos roedores poseen una vida semi-acuática y sus características se han ido adaptando a su hábitat. La hembra de estos ejemplares posee sus glándulas mamarias a los costados de su cuerpo, lo que le permite amamantar a sus crías mientras se desplaza en el agua.
Alimentación
La población de coipos aumenta de manera permanente a pesar de su captura para el aprovechamiento de su carne y de su piel. Estos animales son herbívoros y debido a su voracidad son muy temidos ya que pueden acabar rápidamente con los cultivos cercanos a sus madrigueras.
Cuando el coipo se alimenta, sólo consume el tallo de la planta a la que ataca, dejando el resto. Esto permite que consuma grandes cantidades de plantas. En numerosas regiones de Sudamérica se han debido establecer medidas para evitar el avance indiscriminado de estos animales.
¿Cómo se reproduce el coipo?
No existe una época del año específica para la reproducción del coipo, aunque en algunas regiones es más proclive a aparearse en primavera.
La hembra alcanza la madurez sexual antes del primer año de vida y luego del apareamiento, su período de gestación dura, aproximadamente, 19 semanas. Transcurrido ese plazo, da a luz camadas de entre 3 y 12 crías.
Las crías nacen completamente cubiertas de pelo y con sus incisivos ya desarrollados. Sin embargo, tendrán un período de lactancia de unas 8 semanas. Al segundo día de vida, las crías del coipo ya están en condiciones de nadar y debido a la conformación y ubicación de las mamas de la hembra, pueden alimentarse mientras nadan junto a su madre.
El macho no participa en ningún momento ni del proceso de gestación ni en la crianza o protección de los recién nacidos.
Hábitat y distribución del Coipo
Al coipo se lo encuentra en Argentina, Chile, Brasil, Paraguay y Uruguay. Estos animales eligen para vivir las proximidades de lagunas y esteros que cuenten con abundante vegetación acuática. El coipo, cuya piel es muy apreciada, posee una importante población silvestre, pero también crece la población nacida en criaderos.
En Estados Unidos y varios países de Europa, se han conformado importantes colonias de coipos, que escaparon de los criaderos establecidos en esos países. La reproducción ha sido bastante rápida lo que ha llevado a considerar estas especies, dentro de las más dañinas.
Explotación comercial del coipo
El nombre de nutria o falsa nutria se ha arraigado tanto, que aquellos que participan de la captura, para su posterior comercialización, son llamados nutrieros.
En la actualidad, la mayor parte de las pieles de coipo que se comercializan, provienen de la acción de los nutrieros, el resto de los criaderos. El nutriero vende las pieles ya limpias a acopiadores de la zona y luego éstos, a los peleteros.
Las prendas elaboradas con piel de coipo son comercializadas como de nutria. De allí que nadie haya hecho un gran esfuerzo por cambiar esa denominación que fue producto de la confusión de los conquistadores españoles.
Luego de extraída la piel, algunos nutrieros han logrado establecer un circuito comercial de animales limpios, para el consumo cárnico, aunque no está muy extendido. Para algunas poblaciones que viven en los humedales y próximos a las colonias de coipos, estos animales son su principal medio de subsistencia.
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