El conejo es una de las 50 especies de lepóridos (Leporidae) esparcidas en todo el mundo. Proviene de la familia de mamíferos lagomorfos, orden placentario, que se distinguen por retener a sus crías en el útero durante largo tiempo, para alimentarlas por la placenta.
Durante mucho tiempo fue visto como un roedor, pero en el siglo XX se determinaron características que permitieron establecer diferencias. Una de ellas, es que el conejo tiene unos dientes incisivos superiores que crecen tres milímetros semanalmente, con una capa de esmalte que cubre sus laterales, y otros en la parte posterior que son más pequeños.
Consideraciones sobre el conejo
El término conejo se usó para diferenciar a este tipo de lepóridos de las liebres. Éstas se caracterizan por su velocidad de desplazamiento y por la manera en la que corren y se alimentan desde los primeros días de nacidas.
Las liebres tienen los ojos y las orejas más desarrolladas que los conejos, y sus hijos llegan con los ojos abiertos y el cuerpo provisto de pelos. No habitan en madrigueras, sino en encaminamientos simples.
Hasta el momento, el Oryctolagus cuniculus, originario de Europa, es el conejo con mayor presencia en todos los continentes. Se le conoce como “conejo común”, y es el único que la raza humana ha podido amansar.
Los fósiles de los primeros lagomorfos datan de hace 65 millones de años, en Mongolia, por lo que son vistas como una de las especies más antiguas del reino animal.
¿Cómo es el conejo? Sus características
La anatomía general del conejo es robusta y atlética. Posee cuatro patas, una cola corta y dos orejas, que en comparación con el resto de su morfología, son sumamente largas, llegando a medir hasta 10 centímetros de longitud.
Tiene un suave pelaje que cubre todo su cuerpo, el cual puede adquirir diferentes tonalidades, entre ellas: marrón, marrón grisáceo, beige, negro y blanco. Algunos tienen manchas oscuras, mientras que otros ostentan un pelaje mucho más sedoso y esponjoso, como en el caso de los conejos comunes angoras.
El tamaño varía según la especie, pero en líneas generales miden 50 centímetros de largo; y pesan de 0,4 gramos a 2 kilos. La variedad más pequeña es el conejo pigmeo (Brachylagus idahoensis), que mide de 23,5 a 29,5 centímetros.
Su esqueleto es frágil a los golpes y tan fino, que se le pueden dañar las apófisis espinosas del dorso si se le toca bruscamente. No obstante, ese rasgo lo compensa con una gran virtud: su excelente vista y olfato. El conejo ve hacia todas las direcciones, incluso hacia atrás, y puede llegar a tener hasta 100 millones de receptores, cuando los humanos poseen apenas 6 millones.
Otro de los rasgos distintivos del conejo, es que cuenta con una glándula de olor oculta debajo de su barbilla, la cual frota con cualquier objeto para dejar su aroma.
Peculiaridades
Los conejos son animales muy limpios. Lamen continuamente su cuerpo para mantenerlo sano y libre residuos.
Su rabo lo utilizan para comunicarse, a través de movimientos rápidos y divertidos.
Sus patas posteriores son las más fuertes. Con ellas se impulsan y toman velocidad para realizar saltos y acrobacias. En las extremidades delanteras tienen cinco dedos, y en las traseras cuatro.
Cuando están en estado de alerta tienden a apoyarse en los dedos de los pies (digitígrados), pero normalmente son plantígrados, es decir, que se mantienen sobre las plantas de sus patas.
Hábitat y comportamiento del Conejo
Tanto el conejo común como el salvaje, se han extendido por todos los países cálidos y templados de Europa. Se le ve en América, Australia y Nueva Zelanda.
Aunque se adapta a cualquier terreno que le permita alimentarse con hierbas y excavar sus madrigueras, preferirá las zonas extensas con abundantes matorrales para mantener ocultos sus refugios.
Suele ser un animal sumamente territorial, que abarca al menos 15 metros cuadrados de extensión para su hábitat.
Este ejemplar tiene una esperanza de vida de seis a ocho años en libertad. Es muy social y reside en grupos de seis a 10 individuos de ambos sexos. Establece una jerarquía dominante de machos que deciden, entre otros aspectos, la prioridad para apareare.
El conejo tiene hábitos nocturnos y suele ser silencioso, pero cuando se siente amenazado o está herido, emite toda clase de chillidos.
Tiene la costumbre, junto con su manada, de cuidarse mientras comen. Si divisan un depredador, hacen sonidos fuertes con las patas traseras para avisar del peligro.
Alimentación del Conejo
El conejo es herbívoro, es decir, que su principal fuente de alimentación se constituye de vegetación herbácea y gramínea, así como de raíces, bulbos, cortezas de las plantas leñosas y frutos que consiguen en su hábitat o en cultivos.
Ese animal es capaz de producir su propio sustento desde su anatomía, desechando un excremento de forma redondeada, con textura húmeda, y recubierto de una mucosa, que es consumido desde su propio ano y digerido sin masticar.
Está demostrado que esas heces son ricas en vitamina B12 y microflora, aportes necesarios para su digestión celulosa. La microflora intestinal tiene la peculiaridad de no ser transmisible genéticamente, por lo que el conejo desde la edad prematura debe comer el excremento de su progenitora. Si no lo hace, corre el riesgo de morir por convulsiones.
Fuente de plagas
El conejo es transmisor de múltiples plagas y puede causar estragos cuando invade las zonas de cultivo. Fue tanto el daño que ocasionó en siglos pasados, que el hombre se vio en la necesidad de crear virus mortales para erradicarlos, medida extrema que casi ocasiona la extinción de algunas especies. Hoy día, científicos luchan por exterminar los virus con efectos endémicos y vacunando a grupos de conejos que se consideren una amenaza.
Modo de reproducción
Tiende a alcanzar su madurez sexual a los cuatro meses de edad, pero esto dependerá de su alimentación, aspecto que también condicionará la reproducción, aun cuando la hembra esté en celo.
Es una especie polígama. El macho usa el olfato para ubicar a la hembra, por la cual se pelea con otros para obtener su derecho a aparearse. El ganador ahuyenta a los demás hasta que ambos están listos para copular. Esto puede ocurrir varias veces al año, por lo que pueden tener varias camadas de cinco a seis crías.
El periodo de gestación dura de 28 a 33 días. Cuando pare, si es de alta jerarquía, tiene a sus crías en un túnel amplío de su madriguera llamado vivar. De lo contrario, ocupa un pequeño espacio denominado gazapera donde amamantan a sus hijos por 15 minutos al día, especialmente durante la noche.
Principales depredadores del Conejo
En el ámbito natural sus principales depredadores son el zorro común, el busardo ratonero, gatos salvajes, los coyotes, linces, mapaches, águilas, mofetas y comadrejas.
Entre los humanos, el conejo es utilizado para distintos fines según su especie. Los ejemplares como el azul y blanco, Beveren, Belier, Ruso, Chinchilla y Gigante español, son buscados para la reproducción de carne.
Para la industria de pieles prefieren el Habana y el conejo Rex. En la textil optan por el Angora por la suavidad de su pelaje.
El conejo se usa también como un ejemplar de compañía porque se ha logrado domesticar, estimando las razas miniaturas como el Belier enano y el Angora. Sin embargo, esto puede atentar contra su salud ya que las personas saben poco de sus necesidades.
Entre las especies en peligro de extensión están el conejo de las islas Marías (Sylvilagus graysoni, el de Omiltemi (Sylvilagus insonus), el de la isla San José (Sylvilagus mansuetus) y el de los volcanes.