El reino animal pareciera ser un espacio infinito, dada la inmensidad de especies que alberga. Existen unas muy raras, pero comunes a la vez. Tal es el caso del congrio, un pez parecido a la anguila que pertenece a la familia congridae, y es conocido como congrio común, negrillo y afio.
Se halla con mayor frecuencia en la parte este del océano Atlántico, en los mares Báltico, Negro y Mediterráneo. Llega a medir tres metros y a pesar 66 kilos, siendo la hembra más larga que el macho. Éste apenas alcanza el metro y medio de longitud.
El cuerpo del congrio es alargado y cilíndrico, y no posee escamas como la mayoría de los peces. Se puede desplazar moviendo sus aletas ubicadas en el pectoral.
rasgos Fáciles de reconocer
El congrio es muy parecido a una serpiente o culebra. Su cuerpo está recubierto de una piel gruesa y mucosa, extremadamente lisa y brillante, carente de escamas. Sus ojos y su cabeza son enormes. Unos pequeños y afilados dientes “adornan” su gran boca, y cada pieza se extiende en ambos lados de la mandíbula.
Muestra un color grisáceo, a veces blanco o verde, pero esas tonalidades son determinadas por el espacio en el que se desarrolla el pez.
Otras características del congrio
El congrio tiene como hábitat las aguas cercanas a las costas, donde hay abundancia de arena y rocas. Allí pasan toda su juventud y cuando alcanzan la adultez se desplazan hacia mar adentro.
A esta especie se le cataloga de depredador porque suele alimentarse de crustáceos y peces pequeños, así como de pulpos y moluscos.
El congrio madura sexualmente entre los cinco y 15 años de edad y se reproduce una vez en la vida, a través de huevos. En esa única postura pueden expulsar unos 10 millones de huevos transparentes como el vidrio, que salen a la superficie para luego eclosionar y volver a unos 500 metros de profundidad. A los congrios recién nacidos (que son muy pequeños) se les llama leptocéfalos, y son fácilmente confundibles con las hojas de un árbol.
Una de las características de esta especie, es que es atraída por los movimientos extraños, las luces y los ruidos. Esto la convierte en una presa fácil de caza, pues en lugar de huir o esconderse, el congrio sale para saber qué ocurre a su alrededor, quedando expuesto para ser atrapado.
Igualmente, según lo expuesto por diversos conocedores de la materia, el congrio tiene una excelente capacidad de cicatrizar sus heridas, de una forma rápida, por muy profundas que éstas sean. De hecho, si el pez se traga o ingiere anzuelos, los puede expulsar horas después sin tener consecuencias graves en su cuerpo. Sana de forma natural y veloz. Se cura por sí solo y se regenera asombrosamente.
¿Extinción?
Las organizaciones ecologistas han mostrado su preocupación debido a una posible extinción del congrio. ¿Por qué? Cuando se crían congrios en cautividad, es muy probable que mueran al alcanzar un gran tamaño.
La situación se torna angustiante, puesto que muchas hembras perecen con muchos huevos dentro, debido a que el desove no ocurre en los estanques por no ser lo suficientemente profundos para ello. Es allí cuando comienza el problema: no hay desove y, por ende, no hay reproducción del congrio. Las especies hembras de este pez tienen que sacar sus huevos a unos mil metros de profundidad en el mar.
Uso gastronómico
Como muchos peces, el congrio no escapa de ser un ingrediente de habitual uso en las cocinas, especialmente en países europeos como España, donde es apreciado para la elaboración de una gran variedad de platillos.
Y es que la carne del congrio es muy gustosa y fácilmente sazonable. Sin embargo, se recomienda tener precaución al momento de su manipulación, puesto que la sangre es tóxica. La ventaja es que el riesgo desaparece con la limpieza y la cocción.
Beneficios para la salud
Este pez suele ser uno de los preferidos por su alto valor nutricional. Aporta unos tres gramos de grasa por cada 100 gramos ingeridos, por lo que es apto para la prevención de afecciones coronarias.
Su carne es rica en vitaminas B1, B2 y B3 que proveen de energía, anticuerpos y buenos niveles de glóbulos rojos. Igualmente, posee magnesio y fósforo, minerales esenciales para la formación de huesos, y el funcionamiento de riñones, cerebro y corazón.
Comportamiento del congrio
El congrio suele salir a cazar por las noches. El resto del día aprovecha para dormir. Prefiere andar solo que en grandes cardúmenes. Atrapar a uno de estos animales es casi una proeza, por sus ágiles movimientos y su desplazamiento rápido. Pero, una vez que cae en la red o en el anzuelo, y se coloca en el suelo, se rinde fácilmente.
Una advertencia: cuidado de no dejarse morder por un congrio. No es venenoso, pero las heridas son bastante dolorosas.
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