En los cielos que cubren las zonas costeras de diversos países, es posible ver en plena actividad pesquera, a un ave querida y a la vez temida por sus características: El cormorán. Su vuelo por encima del agua, en busca de su presa, sus zambullidas a grandes profundidades, su excremento altamente corrosivo y su plumaje negro, han convertido a este animal en, casi, legendario.
El cormorán es un ave perteneciente al orden de los pelicaniformes y de la familia de los Phalacrocoracidae. Es común hallarlos en las costas de los mares, sobre todo aquellas que presentan importantes riscos y acantilados, pero también podemos encontrar cormoranes en las orillas de lagos y ríos de agua dulce.
¿Cuáles son las características del cormorán?
Estas aves, por su gran habilidad para la captura de peces y otros animales acuáticos, se caracteriza por poseer un pico largo, curvo y delgado que le permite atrapar su presa con facilidad. Su cuello es largo y flexible y presenta patas palmeadas, similares a un pato. Su plumaje es abundante y de un llamativo negro lustroso.
Los cormoranes poseen una envergadura que varía según la especie, pero puede llegar a medir de 50 a 90 cm de largo, incluyendo su cola que presenta cierta rigidez que, junto a sus patas, le permite sumergirse a mucha profundidad.
El vuelo del cormorán es vistoso, y muestran una gran habilidad para el nado y el buceo. Cuando van en busca de su alimento pueden llegar a sumergirse hasta los 10 metros de profundidad. Dado que sus plumas no son completamente impermeables, luego de cada zambullida, los cormoranes se asientan en la orilla para secarse al sol. Existe una especie de cormorán que habita en las Islas Galápagos, que ha perdido la capacidad de volar.
Son animales de costumbres sedentarias, aunque aquellas especies que habitan en zonas septentrionales, migran en las épocas de frío, en busca de mejores condiciones climáticas y buena pesca.
A pesar que la evolución de del cormorán es desconocida, diversos estudios han concluido que sus antecesores han surcado los aires desde los tiempos de los dinosaurios.
Grandes pescadores
Los cormoranes se alimentan de la vida acuática. Sus presas son peces, anguilas y, hasta serpientes de agua. Ayudados por sus patas palmípedas, estas aves se sumergen a grandes profundidades y mucha velocidad que les otorga una gran capacidad de repentización ante su presa.
Hasta el siglo pasado, esta gran capacidad para capturar peces, era aprovechada por los pescadores de China y Japón. Para ello se ataba una larga soga al cuello del cormorán y se lo impulsaba a la captura. La soga cumplía el doble papel de impedir que el ave se fuera y que tragara su presa. Cuando el cormorán atrapaba un pez, era recogido por medio de la soga y luego el pescador extraía de su larga garganta el animal que había quedado atrapado. En la actualidad esta práctica se mantiene sólo con fines turísticos, pero la pesca con cormorán llegó a estar muy extendida en los países asiáticos.
La reproducción
En las épocas de apareamiento, los cormoranes cambian su plumaje, haciéndose estos mucho más vistosos. Por ejemplo, el cormorán de Brandt desarrolla un hermoso plumaje blanco en la cabeza y en su largo cuellos, pero estos cambios desaparecen inmediatamente después que las hembras han desovado.
Los cormoranes que habitan en zonas costeras construyen sus nidos con algas, en los peñascos o zonas rocosas, aunque también suelen desplazar a otras aves, como las gaviotas, de sus nidos. En él, las hembras depositan tres o cuatro huevos que presentan un color azul pálido.
A hembra pone sus huevos al principio de la primavera y los pichones nacen cuando comienza el verano. Tanto la hembra como el macho comparten la tarea de empollar los huevos, lo mismo ocurre cuando las crías han nacido donde ambos padres los alimentan con esmero. Estos pichones nacen sin plumaje, que demora hasta 6 meses en aparecer, es el momento que las crías abandonan el nido y los padres se preparan para una nueva puesta de huevos.
Curiosidades del cormorán
Estos animales evacúan gran cantidad de excremento, este se caracteriza por ser altamente corrosivo, sin embargo, en algunas zonas de las costas del océano Pacífico – sobre todo en Chile y Perú – el excremento de los cormoranes que se acumula en las zonas cercanas a sus nidos es aprovechado comercialmente debido a que es un importante fertilizante y reporta importantes ingresos la explotación del excremento de estas aves, en particular se trata de la especie conocida como guanay.
En lagunas regiones pesqueras, los cormoranes son considerados un verdadero problema, ya que su apetito es voraz y hacen verdaderos estragos en los bancos de peces, obligando a los pescadores a internarse mar adentro para evitar la competencia con estos eximios pescadores.