El emú común fue bautizado científicamente como “Dromaius novaehollandiae”. Esta especie australiana es la única sobreviviente de su género: Dromaius. Pertenece a la familia de los dromaíidos (Dromaiidae). Es marrón suave, mide dos metros de alto y pesa 45 kg. Se halla en las regiones de Australia, a excepción de aquellas muy pobladas, de boscajes tupidos o desérticas. Alcanza los 50 km/h y viaja en busca de alimentos. Su nombre significa pájaro grande en lengua árabe.
Características del emú
Sus alas son tan primitivas como pequeñas, casi se mimetizan con su cuerpo. En contraste con su alargado cuello, sus piernas son dignas de un atleta. Alcanza increíbles velocidades gracias a los músculos de su zona pélvica.
El plumaje es lanudo, con los extremos color azabache, pero en la cabeza es muy escaso. Ésta es diminuta, en comparación con su complexión robusta y su cuello macizo. El matiz del pico se asemeja al del hollín, mientras que sus ojos pardos muestran vetas rojas, y la piel que queda expuesta refleja un matiz azulado.
Cuando el calor incrementa, el emú jadea para conservarse fresco. En estado salvaje vive de 10 a 20 décadas, pero en cautiverio no supera los 16.
Hábitat y subespecies
Opta por boscajes sabaneros, ambientes subtropicales y pastizales. Sin embargo, también habita en campos, áreas de pastoreo, llanos, sotos, boscajes secos…Cada 10 años se registran variaciones en la población del emú, muy ligadas a la afluencia de lluvias. Se calcula que actualmente existen entre 625 mil y 725 mil individuos.
Se sabe que este animal prefiere la soledad. No obstante, puede vivir con su pareja o conformar grupos reducidos de máximo cinco ejemplares. Las subespecies presentes en territorio australiano son: Dromaius novaehollandiae novaehollandiae, Dromaius novaehollandiae rothschildi y Dromaius novaehollandiae woodwardi.
Alimentación del emú
Su menú está compuesto fundamentalmente por vegetales, frutas, retoños y semillas. Aunque también disfruta de diminutos vertebrados o bichos. De forma estacionaria, come solo frutas. El emú salvaje se abstiene de ingerir paja u hojas secas, sin importar qué tan grande sea la cantidad disponible.
En general, este espécimen puede tragar diminutas rocas, que utiliza para triturar los alimentos más rígidos. Éstas pueden permanecer en su molleja hasta cien días. Gracias a ellas es capaz de engullir grillos, arañas, cucarachas, saltamontes, hormigas… Toma al día hasta 18 litros de agua y puede conservar en su esófago la comida por media hora. Para evitar la muerte por inanición cuando viaja por comida, guarda importantes cantidades de lípidos en su organismo. A mitad de su viaje, perderá el 50% de ellos.
¿Cómo se comporta?
Los hábitos del emú son netamente diurnos. Su rutina cotidiana transcurre buscando comida, arreglando sus plumas, durmiendo y bañándose en arena o polvo. Su sueño es interrumpido durante las horas de sol, por miedo al ataque de depredadores. De forma asombrosa, se han descubierto actitudes lúdicas entre estas aves. Picotea o muerde a otro ejemplar con la intención de que reaccione, al mejor estilo del juego infantil “las traes”.
Reproducción del emú
Alcanza su madurez sexual a los 20 meses. Para aparearse la pareja realiza un baile de cortejo, siendo el macho el responsable de cautivar a la hembra. De lo contrario, ella responderá con actitudes violentas.
Su época de celo ocurre en fechas veraniegas. Cuando la hembra permite la cópula, ambos se asientan en un territorio que abarca 30 km de extensión, y que defenderán celosamente.
La pareja continúa junta por cinco meses, el macho sufre cambios hormonales. Entre ellos, sus testículos duplican su tamaño, tienen inapetencia y hacer su nido en una cuenca.
Lo protegen parcialmente con grama, hojas y ramas. Al día, la hembra podrá como máximo un par de huevos. En total llega a poner entre 7 y 12 huevos, de cascarón verde opaco.
El macho se encarga de empollarlos por cerca de 60 días. Luego cuidará de los polluelos. La entrega del papá emú es absoluta, dejando de comer, beber y defecar. Solo se pone de pie para rodear a los huevos, lo hace una decena de veces por día.
Su supervivencia la debe a la grasa acumulada en el cuerpo. Así como al rocío matutino que alcanza desde su posición. Al nacer los pichones contarán con 25 cm de altura, al año tendrán el tamaño de un adulto.
Datos curiosos
Este animal está grabado en la moneda australiana de 50 centavos. Además, se le puede apreciar también en el escudo del país en compañía del canguro colorado.
Es frecuente que se le mencione dentro la mitología indígena. La población salvaje está bajo protección desde finales del siglo pasado. Cuando las crías tienen la complexión de un adulto, pueden permanecer con su familia otros 7 meses.
Si los pichones quedan huérfanos, otro emú macho los adopta hasta criarlos como suyos. De hecho, es posible ver a un macho acompañado por 40 polluelos. También destacan como buenos nadadores.
Su relación con el hombre
Puede acercarse sin reservas a los campamentos de los aborígenes. Es popular por los destrozos que genera en los cultivos. Debido a ello, se ha dado por cazarlo.
La caza ha hecho que desaparezca de ciertas regiones. No obstante, en algunas áreas el quehacer humano ha devenido en beneficios para la población del emú.
Así ocurrió con la puesta de bebederos para las reses en área donde el agua escaseaba. Estas acciones lo mantienen como una preocupación menor por parte de la UICN. También se le cría para aprovechar su cuero, aceite y carne.
Sus depredadores están representados por el águila audaz y el dingo cuando se trata de un emú adulto. Las crías, en cambio, pueden verse asediadas por el buitre, zorro o el dingo.
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