Pequeña, pero de vuelo ágil y ligero como el plumaje que la recubre, es el estornino. Esta peculiar ave, nativa de Europa Occidental y Asia, es capaz de realizar impresionantes coreografías aéreas. Su andar en el cielo se distingue a kilómetros de distancia, pues forma tupidas nubes que cambian de forma y dirección.
Pero su vuelo no es lo único que la caracteriza. Aunque no se distingue como un ave cantora, posee la habilidad de imitar casi cualquier sonido, incluyendo la voz humana, atributo por el cual ha sido mencionada en decenas de escritos de literatura clásica.
Se dice, incluso, que el estornino inspiró al compositor Wolfgang Amadeus Mozart a realizar varias de sus sinfonías.
Apariencia general del Estornino, sus características
Existen tres tipos de estorninos que pertenecen a la familia Sturnidae, de la orden Passeriformes, que abarca a poco más de la mitad de las especies de aves del mundo. Se trata del estornino negro (Sturnus unicolor), el estornino pinto o común (Sturnusvulgaris), y el estornino soberbio (Lamprotornissuperbus).
Todos tienen características en común, como el hecho de ser originarios de Asia y Europa, específicamente del norte del continente. Fueron introducidos por el hombre a otros lugares del mundo como Argentina, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y América del Norte
Miden entre 15 y 20 centímetros, pesan de 75 a 91 gramos, y son muy ruidosos.
Estornino negro
El estornino negro está relacionado con el estornino pinto, pero no es ampliamente migratorio como éste. Se le puede encontrar en la Península Ibérica, noreste de África, Sicilia, Córcega, Cerdeña, Marruecos, y el norte de Argelia y Túnez.
Se reconoce por su plumaje negro intenso, casi purpura, que contrasta con su estrecho pico amarillento, y sus patas de tonalidad rosácea. Sin embargo, la hembra es menos llamativa, sin tanto brillo.
Los estorninos jóvenes son gris oscuro, mientras que los polluelos son marrón claro. En la adultez, pueden desarrollar pequeñas manchas de color gris, que se avivan en el invierno, y desaparecen en primavera.
Los estorninos negros no brincan y su vuelo es fuerte y directo, acto en el que se pueden apreciar sus alas triangulares y su corta cola. Su cantar es semejante al del estornino pinto, pero con sonidos más claros y altos.
Esta especie es omnívora y su dieta se constituye de bayas, semillas y animales invertebrados. Come mientras camina, lo cual facilita la búsqueda de alimento. Aprovecha su carácter sociable para volar en grupo y localizar las mejores áreas para nutrirse.
Durante el verano los estorninos negros suelen acudir a lavaderos o abrevaderos para tomar agua y lavar su plumaje.
Estornino pinto
El estornino pinto habita en todo el continente europeo, norte de África y parte de Asia. Su plumaje es negro, con brillos púrpuras o verdes, y diminutas manchas blancas, tonalidades que se intensifican en invierno. En esta época, su pico se torna negro, y cambia a amarillo en el verano.
Los jóvenes tienen un plumaje marrón, y en su primer verano lo mudan para adquirir el clásico tono de adulto. Algunos muestran vetas marrones y negruzcas.
Los estorninos pintos son de cola corta y patas rojizas. Son ruidosos, sobre todo, cuando se encuentran en manadas. A diferencia del negro, su canto es poco musical, aunque también aprende los vocablos humanos.
Anteriormente se suscitaron fuertes controversias acerca de su diferenciación con el estornino negro, que era considerado una subespecie del pinto. No obstante, se han establecido diferencias que permitieron otorgarle una clasificación taxonómica a cada uno.
Estornino soberbio
Es originario de África, especialmente de Kenya. Se le puede hallar desde la Sierra Leona, Uganda y Etiopía, hasta Tanzanía y el norte de Sudáfrica.
Es de tamaño mediano, y posee un plumaje con matices metálicas, de tonos verde, azul cobalto, amarillo, ocre, malva y violeta.
Tiene la cabeza y los laterales de la cara negros; el cuello y el pecho azul, con una banda blanca que lo separa del vientre naranja, y se le forman reflejos verdes en las alas y cola.
Su pico es recto y largo, por lo que puede alimentarse con bocados variados. Sus patas son largas y fuertes.
Su cantar es chirriante con variantes notas y silbidos. Tiende a imitar a otros pájaros del hábitat en el que se desenvuelve.
Reproducción de los estorninos
La época de apareamiento y maduración reproductiva del estornino comienza en los machos entre marzo y abril, y en las hembras en mayo.
El ritual inicia cuando los machos establecen su territorio y proceden a llamar la atención de la hembra mediante cánticos, contacto visual y movimiento de alas. Sin embargo, son las hembras quienes seleccionan a sus compañeros.
Los estorninos suelen ser monógamos, pero se han observado machos que tienen comportamientos polígamos.
El coito se da entre marzo y junio, durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde.
Las primeras puestas inician en abril y mayo, mientras que las segundas a mediados de mayo y junio. Pueden transcurrir de 44 a 49 días entre ambas. Las primeras suelen ser de huevos más grandes y de mayor concentración de andrógenos que las segundas.
Hábitat
Esta especie arma sus nidos, generalmente, en construcciones humanas: bajo tejas, orificios en fachadas de edificios y estructuras agrícolas, entre otras.
También pueden hacerlos en rocas y árboles, especialmente en encinas, robles, castaños, chopos, olmos, fresnos y pinos.
Tanto la hembra como el macho contribuyen a la construcción de la morada, pero es el macho quien realiza la mayor contribución de elementos naturales (plantas de pequeño tamaño, fragmentos verdes de plantas mayores, hojas, flores y alguna pluma) para atraer a la hembra y propiciar el apareamiento sexual de la segunda puesta.
Los huevos del estornino se incuban de 11 a 15 días. Suelen tener una tonalidad azul pálida con un ligero brillo, y una forma elíptica. Miden cerca de 325 milímetros de diámetro.
Los pichones abandonan el nido a los 23 días de nacidos, para formar bandadas que en principio son pequeñas, y que en verano se multiplican.
Comportamiento de los estorninos
El comportamiento de los estorninos se ve influenciado por su especie. Los pintos son oportunistas, activos, ruidosos, agresivos, invasores y competitivos por la comida y el nido. Son migratorios, especialmente los jóvenes, quienes al abandonar el nido no vuelven a sus territorios natales, mientras que los adultos sí.
Debido a su carácter violento, tienden a originar disputas, por lo que una bandada de estos ejemplares no convive tranquilamente con otras aves como las palomas y búhos.
Los negros son totalmente sedentarios, y prefieren los bosques. Emiten diversos graznidos cuando están en vuelo o en su posadero.
Los estorninos soberbios son más sociables, y suelen anidar en bandadas.
Depredadores
Los gatos, comadrejas, halcones, gavilanes y lechuzas, son algunos de los depredadores de los estorninos.
Pero con el pasar del tiempo, y a pesar de su diminuto tamaño, éstos animales también se han convertido en una plaga para ciertos sectores.
Aunque su sustento se basa en insectos o moluscos, no pierden la oportunidad de comer frutas, brotes, cereales y verduras, por lo que se han convertido en aves indeseables en zonas donde abundan los huertos.
De igual modo, suelen considerarse enemigos en criaderos de ganado, ya que ingieren los granos y otros alimentos de los comederos al aire libre.
Peculiar vuelo
La peculiaridad del vuelo de los estorninos ha despertado la curiosidad de investigadores, científicos y ornitólogos (especialistas en aves). Tanto, que han tratado de crear modelos tridimensionales para develar el misterio.
Una de las pistas halladas, es que este comportamiento se debe a que cada uno tiende a copiar el modelo de vuelo de sus siete compañeros más próximos, lo que da una sincronía absoluta a sus movimientos.
A esto se le suma el hecho de que su velocidad de reacción para cambiar el curso de su trayectoria, es siete veces más veloz que el de los pilotos de aviones.
De igual forma, se ha logrado demostrar que esta forma de vuelo desorienta a gran escala a uno de sus depredadores principales: el halcón peregrino, cuya velocidad solo es superada por la de un avión.
Se estima además, que sus coreografías favorecen también a la retención del calor en la manada durante la estación de invierno.
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