El facocero o facóquero es una especie de jabalí que habita en África, desde Senegal hasta Sudáfrica, abarcando Etiopía, Somalia y Kenia. Este animal, de aspecto no muy agraciado, sirvió de inspiración para recrear a Pumba, uno de los personajes más carismáticos de la película de Disney “El Rey León”.
Este ejemplar es conocido por su carácter social y su facilidad para adaptarse pacíficamente a vivir en manadas numerosas. Esto no quiere decir que el facocero no reaccione ante los peligros inminentes. Suele ser temerario en los momentos de amenaza, pero a su vez capaz de enfrentarse con sus principales enemigos: el leopardo y el león.
Cuando se siente acorralado el facocero corre velozmente hasta sus madrigueras y entra reculando o en retroceso, para poder defenderse con sus colmillos, en caso de que el agresor se acerque a su escondite.
Los guepardos también forman parte de la lista de feroces atacantes del facocero, por lo que trata de estar activo durante el día y refugiarse por las noches.
Sin embargo, el hombre ha sido su más persistente acechador. Lo persigue y mata por tres razones fundamentales: lo considera una plaga para los cultivos y ganados ya que es transmisor de enfermedades como la gripe porcina; para obtener su valiosa carne; o extraer el marfil de sus colmillos.
Peculiaridades del facocero, sus características
Phacochoerus aethiopicus es el nombre científico de este mamífero artiodáctilo, cuyas extremidades terminan en un número par de dedos (los más desarrollados son el tercero y el cuarto).
Pertenece a la familia Suidae que incluye a los cerdos domésticos y jabalíes. Entre sus peculiaridades destacan su cabeza con forma de barril, que es proporcionalmente más grande que el resto de su cuerpo, y las tres verrugas que tienen en la cara, y de las cuales se extrae su nombre anglosajón “warthog”, que significa jabalí verrugoso. Dichas carnosidades son suborbitales, preorbitales y submaxilares, conformadas por tejido conectivo cartilaginoso.
De la parte superior de la cabeza del facocero se extiende una melena que llega hasta el final del lomo.
Los colmillos, característicos de este ejemplar, sobresalen de su trompa, y son curvos hacia arriba. Éstos pueden llegar a medir de 25,5 a 63,3 centímetros de largo en los machos, y de 12,2 a 25,5 centímetros en la hembra.
Su aspecto es muy similar al de un cerdo. Es peludo y posee una cola larga que termina con un mechón, que le aporta unos centímetros extras.
Generalmente adquiere una tonalidad gris en su pelaje, y en ocasiones marrón, pero siempre diseminado y muy áspero.
Tanto el macho como la hembra son de cara aplanada. Se diferencian porque el primero es 15 o 20% más pesado. Pero en términos generales miden de 90 a 150 centímetros de largo, con un peso de 45 a 150 kilogramos.
alimentación del Facocero
El facocero tiene una gran habilidad para cavar con sus patas y hocico. Lo hace para encontrar el alimento.
Su dieta es omnívora, es decir, consume hierbas, raíces, frutas, cortezas, hongos, huevos y en ocasiones animales muertos, reptiles y aves. Al momento de alimentarse dobla sus patas delanteras hacia atrás, lo que le permitió desarrollar unos callos que tienen la función de proteger las muñecas.
Reproducción del facocero
El facocero, que habita en sabanas y zonas áridas de poca vegetación y de terreno arenoso, tiende a alcanzar su madurez sexual al cumplir el año y medio de edad.
Durante la época de apareamiento ambos sexos son promiscuos, y a lo largo de su vida tienen varias parejas.
Se reproduce de cuatro a cinco meses después de la temporada de lluvias. En esa época el facocero se vale de diversas estrategias para cortejar a la hembra, como permanecer a su lado para defenderla o competir con otros machos.
La hembra suele dar a luz tras una gestación de 5 a 6 meses. Pare en una madriguera, de uno a cinco lechones que permanecen con ella hasta que logran regular su temperatura corporal. Después de casi dos meses, salen de su escondite junto con su progenitora.
Comportamiento del facocero
El facocero es un animal poco territorial que puede llegar a vivir entre 15 y 20 años. Su orden social viene dado, principalmente, por dos grupos variados, cada uno de al menos 18 miembros, en los que hay machos adultos sin aparentar y hembras solteras con crías.
Aunque su patrón de conducta cambia de acuerdo a las condiciones del ambiente en el que se encuentre, el facocero es diurno. Está capacitado para soportar altas temperaturas, siempre y cuando tenga un charco cerca en el que pueda refrescarse; y fríos intensos si tiene con quien acobijarse en su guarida.
El facocero puede excavar su propia escondrijo, pero se ha acostumbrado a ocupar las abandonadas por otras especies.
Entra a su cueva de espalda, para estar listo en caso de que deba huir, lo cual no le representa ninguna dificultad, ya que es buen corredor, y lo hace con la cola alzada en el aire.
Tiene una visión limitada, pero compensa ese defecto con un excelente olfato, sentido que es de gran ayuda para detectar depredadores y reconocer otros animales.
Especies más comunes
El facocero se divide en otras dos especies: Phacochoerus africanus, el más común de la familia Suidae y el más numeroso entre de las extensiones africanas, que a su vez se subdivide en P. a. africanus, P. a. aeliani, P. a. massaicus y P. a. sundevallii.
Y el Phacochoerus aethiopicus o facóquero oriental, el cual se reproduce únicamente en lugares semidesérticos del Cuerno de África, y mantiene costumbres muy similares al facocero común. Este a la vez se subdivide en P. a. aethiopicus y P. a. delamerei.
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