El gato burmés es un tipo de gato doméstico originario de Tailandia, que a su vez se le conoce como Birmano Americano y Birmano Inglés. Existen historias del siglo XV que lo vinculan a un felino que permanecía en monasterios birmanos, y otras que aseguran su presencia en Tailandia. De allí sus denominaciones.
Cuentan que fue un psiquiatra de nombre JC Thompson, originario de Birmania, quien llevó la primera raza Burmés a San Francisco, Estados Unidos, en el año 1930. Era una gata siamesa-burmés, llamada Wog Mau, con un manto avellana, con puntas oscuras, que apareó con un siamés seal point, para tener especies más finas en todos los sentidos, como si se tratase de una reina felina. La primera cría fue un gatito marrón oscuro que fue emparejado con la madre, quien dio a luz dos felinos marrones con las que se dio comienzo a la propagación de la casta.
Para 1950, su raza ya había sido reconocida tanto en Estados Unidos como en Europa. En 1952 se exhibieron en Londres, ocho años más tarde se avaló la variedad azul y posteriormente surgieron otros cruces de donde se obtuvieron especies chocolate, lila, rojo, crema y carey. Actualmente se contabilizan 10 variedades de color y, específicamente en Estados Unidos, se aceptó la cibelina.
Aspecto, comportamiento y características del Gato burmés
El gato burmés era originalmente marrón, pero con el mestizaje logró extender sus colores a azul, chocolate, lila, rojo, crema y tortugas.
Es de poco pelo, la tonalidad de sus ojos es intensa y brillante, la forma de su cabeza es redonda, su cuello encogido y los pómulos salientes. Su cuerpo es musculoso y compacto, y su pelaje está bien adherido al cuerpo y es de textura suave.
La cola del Gato burmés es recta, con terminación redondeada y las garras medias y ovaladas. Las patas traseras son más largas que las delanteras, y sus huesos son lo suficientemente fuertes, como para permitirle desplazarse de forma audaz. El europeo es un poco más tranquilo, pero en líneas generales son animales que disfrutan de la acción.
Investigadores han demostrado dos grandes diferencias entre el gato de raza inglesa y el americano. El primero suele ser de cara triangular, mientras que el segundo es de perfil redondo. Su cabeza, ojos y mejillas son cortas, al igual que las patas.
Una de las características interesantes del burmés es que el tono final de su capa aparece a partir de los 2,5 meses. Lo mismo ocurre en la sustitución del gris-azul de sus ojos, por el amarillo.
Es un animal amigable, cariñoso, inteligente, entrañable con sus amos, de humor dócil y excelente “guardaespaldas”. No le agrada la soledad.
Le fascina que lo acaricien y le agrada consentir, por lo que es excelente como mascota para los más pequeños de la casa.
Cuando es adulto emites pocos sonidos, pero su etapa juvenil maúlla con mucha fuerza y frecuencia, y sus movimientos son muy ágiles y traviesos.
Cuidado del gato burmés
Un punto positivo para el gato burmés, es que sus dueños no necesitarán sacar tanto tiempo para el aseo. Una cepillada por semana será suficiente para desenredar su pelaje.
El baño puede ser una vez cada 30 días o cuando resulte necesario y, ocasionalmente, se le deben revisar los ojos, la nariz y las orejas para descartar la presencia de cuerpos extraños.
Mantener el debido control de las vacunas y sus respectivas revisiones veterinarias también es esencial para garantizar su sano crecimiento y desarrollo.
La recomendación al momento de adquirirlo, es verificar que no padezca de ninguna enfermedad, aunque realmente es poco habitual porque suele ser un gato muy sano y con una energía envidiable.
Una buena edad para despegarlo de su madre es a los cuatro meses. Para ese momento ella le habrá dotado de los nutrientes suficientes a través de su leche.
Alimentación del Gato burmés
Lo más importante al momento de escoger el alimento para un gato burmés, es la cantidad de proteínas que éste le pueda aportar. Los especialistas sugieren brindarle 60 kilocalorías por cada kilo de peso.
En lugar de tres comidas pesadas al día, se recomienda disponer de varias porciones pequeñas (entre 5 y 10) para mantener su organismo acelerado y garantizar su esbelta y definida musculatura.
La hidratación del Gato burmés es fundamental y debe garantizarse con una buena cantidad de agua fresca y purificada.
Deja una respuesta