Entre los villanos favoritos del cine y la televisión destaca el gato esfinge. Muchos son los personajes de películas famosas en las que el felino ostenta una figura sombría y llena de maldad, por ejemplo: Kitty Galore en Como perros y gatos 2, Baldomero, el gato del Dr. Maligno en Austin Powers o Sr. Gato en la serie animada Kid vs. Kat. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
Conocido también como Gatos Sphynx, el gato esfinge es un animal de aspecto delgado y esbelto, tienen un temperamento pacífico, dócil, amigable, curioso y aprenden con mucha facilidad. Asimismo, prefieren los lugares tranquilos y cálidos, especialmente en invierno. Aunque durante la época de celo, el macho suele marcar su territorio con regularidad y sus vocalizaciones tienden a estar fuera de tono. Su carácter es comparable a una mezcla entre el gato persa y un siamés.
Un dato curioso del gato esfinge es que en realidad no nace sin pelo, pero su piel está cubierta por una capa de vello demasiado fino, corto y parejo, por lo que pasa casi inadvertido a la vista o al tacto. En la actualidad, comparte el sitial exclusivo de las razas sin pelo junto al Peterbald y el Don Sphynx.
¿Cómo luce el gato esfinge? Sus características
La cabeza del gato esfinge luce triangular, corta y con contornos redondos. Es un poco más larga que ancha y sus pómulos sobresalen, formando un pronunciado hueco en el área de los bigotes. Su cráneo, aunque circular, se ve plano en la frente. Su nariz es respingada y en algunas especies, casi recta.
Los ojos del gato esfinge son redondeados, definidos y situados justo por encima de los pómulos muy marcados y la línea de la nariz. Entre ambos hay un espacio que casi duplica el tamaño de un globo ocular. Sus orejas son anchas y abiertas. Están siempre en posición alta y de alerta, mientras que permanecen alineadas a los pómulos y la almohadilla de los bigotes. En una pequeña sección de la parte inferior de las mismas, podría tener pelo.
El cuello de este animal es largo en comparación con otras extremidades, con abundante musculatura y arqueado. Puede ser de mediano a grande, pero jamás pequeño. Su barriga tiene la forma de una pera y suele ser bastante prominente, tal y como si acabara de ingerir alimentos de forma abundante, mientras que su tórax es bastante grueso. Siempre presenta un peso bastante prominente, especialmente los machos que son 25% más grandes que las hembras.
Sus patas y pies son robustos. Las de adelante, son más cortas que las traseras y sus pies ovalados cuentan con cinco dedos adelante y cuatro atrás. Están dotados de pequeñas almohadillas gruesas que dan la sensación de que caminaran sobre cojines. Su cola es delgada, flexible y larga, en forma de látigo.
Gato esfinge: el origen
El nombre particular que recibe esta raza proviene de su semejanza con los felinos que eran adorados fielmente por los egipcios en la antigüedad. Incluso, el gato abisino también tiene un aspecto similar al felino ancestral. No obstante, el gato esfinge es relativamente joven y se remonta a los años 60. Nació específicamente cerca de EEUU y Canadá.
Desde aquellos tiempos, se han conocido nuevos cruces para fortalecer la estructura de la raza y mejorar ciertos defectos genéticos del gato esfinge. Durante los años 90, el interés de muchos criadores se extendió por varias partes de Europa, introduciéndose nuevas líneas de sangre para evitar su extinción.
Una proyección del gato esfinge repuntó hacia el año 2000, cuando diversas asociaciones internacionales lo admitieron como una raza. A partir de ese momento, se inició un arduo trabajo para estandarizar y exponer a los ejemplares más adecuados a competencias felinas, convirtiéndolo en un fuerte competidor. En la actualidad, ha aparecido una cuarta raza de gatos sin pelo, conocido como Kohana o gato calvo hawaiano, de tacto ceroso y absolutamente calvo.
Alimentación del Gato esfinge
Al gato esfinge se le debe suministrar debe ser balanceada y abundante porque a diferencia de otras especies de su tipo, ésta tiene un sistema termorregulador mucho más compleja por su carencia de pelo, lo que hace que su metabolismo sea más acelerado. Lo conveniente para él es la comida de fabricación industrial, que es especialmente diseñada para cubrir sus requerimientos nutricionales. Por lo general son productos ricos en grasas y proteínas. Se recomienda combinar alimentos húmedos con semihúmedos y ofrecerle cantidades abundantes de agua limpia y fresca.
Cuidados y atención
La piel del gato esfinge requiere de aseo constante ya que produce mucho sebo a causa del sudor. Esta particularidad lo hace muy dependiente de su amo. Acostumbrarlo a baños regulares desde muy pequeño es esencial para que se esté cómodo y sano.
Una ducha cada 20 días sería lo ideal para esta mascota. De igual forma, es recomendable adquirir un jabón especial para ella, aunque siempre bajo la confirmación de un veterinario o tienda especializada.
Se debe tomar en cuenta que esta raza de gatos no tiene pestañas, por lo que puede entrar suciedad o motas en los ojos. De allí, que es fundamental prestar atención a la presencia de un constante lagrimeo o toqueteo, puesto que puede tratarse de una infección. Es necesario mantenerlos vigilados.
Al igual que el resto de cuerpo, las uñas también acumulan gran cantidad de grasa, por lo que deben limpiarse con regularidad.
Se debe proteger de enfermedades, puesto que es propenso a desarrollar sarna, mal olor, alergia, inmunodeficiencia felina o sida felino, que puede generar pérdida de las defensas y, por consiguiente, graves patologías. De igual modo, el gato esfinge puede presentar virus que provocan vómitos y diarrea, y psoriasis infecciosa. Lo mejor para evitar todo esto, es llevar un puntual calendario de vacunación y someterlo a chequeos médicos cada seis u ocho meses.
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