Los heterótrofos son aquellos organismos que, para poder subsistir, se nutren y obtienen sus elementos estructurales de otros seres vivos. De otra forma, no son capaces de producir la energía, nutrientes, lípidos, glúcidos, proteínas y ácidos nucleicos que requieren para poder mantenerse. Su nombre derivado de las palabras griegas hetero (otro) y trofo (diferente) lo explica todo: se alimentan diferente.
Contrario a los organismos autótrofos, no pueden transformar la materia inorgánica en orgánica. El ejemplo más cercano que se tiene de los heterótrofos es el hombre. El ser humano es consumidor de la mayoría de las especies animales y vegetales, así como de alimentos producidos por la industria a partir de sustancias orgánicas.
Otros ejemplos de Heterótrofos
En este grupo de organismos que deben consumir los alimentos y energías ya sintetizadas por otros, también destacan los animales, hongos y la mayoría de las bacterias.
Las aves en su totalidad se sustentan de otros seres vivos. Encuentran su energía en insectos, peces y diminutos roedores, inclusive en aves más pequeñas, pero también en arboles, frutas, flores y hojas.
Las vacas y otras especies rumiantes extraen de las plantas el contenido orgánico necesario para su constitución y sobrevivencia y-a su vez-sirven de alimento a los depredadores.
Las ballenas y otros mamíferos marinos se alimentan del plancton microscópico de las aguas y de peces más pequeños, pues dependen de ellos para vivir.
Las arañas y otros arácnidos cazan y devoran insectos, extraen de ellos todo su jugo y-en ocasiones-se comen hasta el cascaron.
más de ellos
Los roedores no solo se valen de otros organismos vivos, sino de materiales como el cartón y la madera para nutrir su cuerpo. Son heterótrofos por excelencia.
Los hongos, a pesar de su similitud con las plantas, no desarrollan el proceso de fotosíntesis (no tienen clorofila) y para obtener energía deben descomponer y absorber la materia orgánica previa, ya sea de los suelos en los bosques o áreas húmedas, o bien de los excrementos de otros seres vivos, si se trata de un hongo parásito, por ejemplo.
Existen de hecho tres tipos de hongos heterótrofos, saprobios (se alimentan de materia orgánica muerta, de origen animal y vegetal), parásitos (se alimentan del tejido vivo de otros seres vivos, principalmente las plantas), y simbiontes (es la unión a otros seres vivos que establecen un lazo en el que cada uno obtiene un beneficio).
Las bacterias son los organismos más abundantes, llamados los grandes transformadores de la materia. Buena parte de ellas lo hacen parasitando a otros seres y/o descomponiendo la materia orgánica muerta, es decir, procesando sustancias orgánicas exteriores.
Los protozoos, organismos unicelulares y eucariotas, son también heterótrofos, depredadores. Una muestra de ellos es la amiba (ameba), que fagocita otras células, las aísla en su interior y las asimila como parte de su cuerpo. En los protozoarios conocidos como primer animal -aun cuando no pertenecen a ese reino- es posible que existan algunos casos de mixótrofos u organismos parcialmente autótrofos.
Clasificación de los heterótrofos
Según como emplean su energía, los organismos heterótrofos pueden dividirse en fotorganotrofos y quimiorganotrofos. Los primeros fijan la energía de la luz, y realizan la síntesis de energía medios donde falta el oxigeno; mientras que los quimiorganotrofos utilizan directamente la energía química extraída de la materia orgánica.
Los animales, hongos, bacterias y protozoos dependen de los autótrofos, porque de ellos obtienen la materia y energía para producir moléculas complejas; incluyendo los animales carnívoros que consumen otros heterótrofos, porque estos últimos se han alimentado de autótrofos para poder obtener su energía. Por esto se dice que la cadena alimenticia la encabezan los organismos autótrofos, aunque los heterótrofos sean más en números y abunden en el planeta.
Nutrición heterótrofa
Si bien los organismos heterótrofos no generan su propia energía al no transformar la materia inorgánica en orgánica, la nutrición heterótrofa permite la transformación de los alimentos en materia celular propia ¿Cómo lo hace? Primeramente el organismo procede a la captura del alimento mediante sus flagelos o emitiendo seudópodos. Luego lo ingiere colocándolos en una vacuola o fagosoma, donde los lisosomas vierten sus enzimas digestivas y descomponen los alimentos en pequeñas moléculas, que posteriormente atraviesan la membrana de la vacuola y se riegan por el citoplasma.
Seguidamente se da un proceso de defecación o expulsión de las moléculas que no le son útiles. Todo esto activa el metabolismo y, con él, la realización de las funciones vitales. Más adelante, se da la eliminación de dióxido de carbono (CO2), agua (HO2) y amoniaco (NH3), generados durante el metabolismo.
El metabolismo en los seres heterótrofos se desarrolla en dos fases: una de destrucción u oxidación de la materia orgánica, conocida como catabolismo, y que se vale de la respiración celular para destruir lo existente en el interior de las mitocondrias. Y un período de construcción o anabolismo, en el que se usa la energía bioquímica producida por el catabolismo y las pequeñas moléculas resultantes de la digestión, para sintetizar las grandes moléculas orgánicas.
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