Con el nombre de lechuza se conoce a un conjunto de aves de características similares entre las que se destacan sus hábitos nocturnos y la forma en que procura su alimento, por medio de la caza de pequeños animales a los que atrapa vivos. Integran el orden de los Strigiformes y comparten parentesco con los búhos. La variedad más conocida es la lechuza común, conocida científicamente como Tyto alba. La presencia de estas aves se extiende a casi todo el planeta y sobre ellas se han tejido un sinnúmero de leyendas y mitos que la relacionan con los sobrenatural, donde siempre se las ve acompañando magos, brujos y hechiceros.
Principales características de la lechuza
El tamaño de estos animales no es distintivo de las de su tipo, ya que el mismo puede variar. Existen lechuzas tan pequeñas como un gorrión, así como las hay grandes como un águila. Están provistas de un suave y bello plumaje. Sus patas son fuertes y poseen garras poderosas.
Uno de los rasgos más sobresalientes de las lechuzas es que están provistas de un aro de plumas, más duras que el resto, que rodean su cara en forma de corazón, este particular plumaje les permite orientarse hacia su presa. En los búhos esta característica no está presente.
Sus alas son largas y le permiten tener un vuelo excelente y muy silencioso para no ser advertidas por su presa. Los ojos de la lechuza son grandes y están adaptados a la visión nocturna. El pico de la lechuza es un arma letal y posee una lengua carnosa y fuerte. La cabeza de estos animales está dotada de una gran movilidad para ambos lados que da la sensación de girar 360°.
¿Cómo se alimenta una lechuza?
Son aves rapaces y su dieta está compuesta por pequeños mamíferos como ratas, ratones, también lagartijas y otros reptiles.
Cuando la lechuza detecta a su presa, lanza un vuelo rápido y silencioso, atrapa a la víctima con sus poderosas garras y luego las traga vivas y enteras. Posteriormente, va a regurgitar la piel y los huesos.
Pese a su mala fama, la lechuza cumple un rol muy importante, evitando la superpoblación de roedores y reptiles. Los granjeros, durante muchos años consideraron a estas aves una amenaza para los sembradíos, pero, por el contrario, siempre han cumplido un importante rol, combatiendo todo tipo de alimañas.
La reproducción de la lechuza
Estos animales nos brindan hábitos bastante interesantes al momento de su reproducción. La hembra puede llegar a poner entre 5 y 7 huevos, pero no desova todos juntos, sino que lo hace con intervalos de uno o dos días. De esta manera, las lechuzas se aseguran que las crías no nazcan todas juntas. Otra costumbre llamativa es que, en las épocas de escasez de alimentos, las hembras ponen menos huevos de los acostumbrados.
Cuando la hembra se encuentra incubando sus huevos, será el macho quien salga en procura del alimento para ambos. Un dato curioso de estos animales, es que el macho, en muchas ocasiones, permanece junto a la hembra más allá del período de cría de los pichones. El proceso de incubación de los huevos demanda unos 26 días. Durante este período, las crías más grandes recibirán la mayor cantidad de los alimentos provistos por el macho y la hembra. Así se desarrolla un proceso de selección de los ejemplares más aptos. Luego de 6 semanas, los pichones estarán en condiciones de valerse por sí mismos y abandonarán el nido.
Las lechuzas no construyen sus propios nidos. Utilizan los de otras aves, huecos en los árboles o madrigueras en las montañas.
Las lechuzas y su hábitat
La extensión geográfica del hábitat de as lechuzas se extiende por casi todo el planeta. Existen algunas excepciones como por ejemplo el norte de los Estados Unidos, norte de África y algunas zonas de Asia.
Por otro lado, las lechuzas no habitan zonas que se encuentren por encima de los 4 mil metros de altura. Las lechuzas no realizan procesos migratorios ni grandes travesías, por el contrario, se mantienen afincadas en los territorios donde nacen.
La lechuza y su papel en la cultura
Estas aves han sido estigmatizadas como pocas. Sus hábitos nocturnos, su presencia en zonas cercanas a cementerios – producto de la mayor disposición de alimañas – han determinado que se las relacione con la muerte, con las prácticas esotéricas y la brujería. En muchas culturas, la lechuza simboliza al demonio.
Por otro lado, la belleza de su plumaje, su sagacidad a la hora de cazar, le han posibilitado que, de manera opuesta, otras culturas la consideren un símbolo de la prosperidad. Muchos hogares colocan representaciones de lechuzas o búhos para atraer el dinero y la buena fortuna.
Si bien estas especies no se encuentran en peligro de extinción, la tala indiscriminada y el avance de urbanizaciones han provocado una importante disminución de la población de lechuzas.
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