La mangosta es un pequeño mamífero carnívoro, perteneciente a la familia de los Herpestidae. En realidad, con el nombre de mangosta se identifica a las 33 especies que componen esta familia. Estos animalitos, que podemos encontrarlos en parte de Europa, Asia y toda África continental, poseen algunas características asombrosas, por ejemplo, es un especialista en la caza de serpientes venenosas. La famosa suricata, retratada en dibujos animados y que ha hecho las delicias de muchos niños, es una especie de las denominadas mangostas.
Características de la mangosta
Su cabeza y su cuerpo, alargados, dan la sensación de conformar una pieza única. Sus medidas varías, según las especies, pero estas van desde los 30 cm hasta los 120 cm. los ejemplares más grandes llegan a pesar unos 4 kg pero en general su peso varía entre los 300 y 500 gr. En su cabeza se distinguen un par de orejas redondeadas y pequeñas y un hocico afilado.
Las patas de la mangosta son cortas y están provistas de garras potentes que utiliza, fundamentalmente, para excavar. Una larga cola de forma cónica completa la estructura exterior de este animal.
El pelo de la mangosta varía de acuerdo a las especies, en algunos casos es abundante y en otros, escaso. El color va del gris al marrón y en algunos casos, aparecen franjas que les otorgan un aspecto atigrado.
La mayoría de las especies conocidas de mangostas, poseen una importante glándula anal, la que utilizan para marcar territorio y para convocar al apareamiento. La mangosta dispone de un conjunto de receptores que liberan una sustancia que las hace inmunes al veneno de las serpientes, inhibiendo sus efectos neurotóxicos. Aún se estudia cuáles son las sustancias que actúan como inhibidores de los efectos hemotóxicos de los venenos.
En algunos mercados asiáticos, es común ver como se montan espectáculos de lucha entre una mangosta y una serpiente, debido a estas propiedades con las que cuenta el mamífero.
¿Cómo se alimenta la mangosta?
La mangosta es un mamífero carnívoro. Su dieta está compuesta por animales más pequeños que ella. Roedores, serpientes, ranas, aves, lagartijas e insectos. En general, la mangosta caza su propio alimento, pero si en su camino encuentra huevos o carroña, no presenta ningún tipo de inconvenientes a la hora de comerlos. Puede complementar su dieta con algunos frutos y semillas, como las nueces.
Una actitud que ha puesto de relieve la inteligencia de estos animales, es que cuando se dispone a comer huevos, que encuentra en algún nido, toma los huevos y los arroja contra algún objeto duro hasta romperlos. Esto denota el desarrollo de actividades prácticas de cierta complejidad.
Reproducción de la mangosta
Algunas especies de mangostas, son de comportamiento solitario, otras pueden vivir en pequeños grupos. Por ello, la naturaleza las ha provisto de una importante glándula anal con la que emiten señales, anunciando que se encuentran listas para el apareamiento.
La hembra emite, también, un sonido que se oye similar al de una risa, para atraer al macho. Las mangostas tienen una sola camada de crías al año. Esta situación se puede ver modificada en caso que todas las crías de la camada mueran, entonces la hembra se prepara para una nueva parición. De esta manera, estas especies, compensan la pérdida.
Luego de dar a luz, un promedio de 4 crías por camada, la mangosta amamanta a sus crías durante 6 semanas. Luego del destete, a los 4 meses de edad, las crías comienzan a salir con su madre para aprender a cazar. Posteriormente a este proceso de aprendizaje, a los 2 meses, los machos abandonan el nido, las hembras permanecen más tiempo junto a su madre y en algunos casos, lo hacen durante toda la vida.
Algunos hábitos de comportamiento
La mangosta es un animal de hábitos diurnos, construye madrigueras en las que se protege de sus depredadores. En las especies que conviven en grupo, se puede observar una gran actividad social, todos los integrantes colaboran para conseguir el alimento y una particularidad que las distingue es que algunos ejemplares cumplen la función de centinelas, alertando al resto, ante la posible presencia de depredadores.
Fueron introducidas en las islas de Hawái, en el siglo XIX. El objetivo era que colaboraran en controlar las plagas de roedores que atacaban los cultivos de caña de azúcar. Finalmente, resultó que el remedio fue tan nocivo como la enfermedad, ya que la población de mangostas creció de manera desmesurada, convirtiéndose ella misma en una plaga, que comenzó a amenazar las especies autóctonas de la región.
En la actualidad, la especie de mangosta existente en estas islas, se encuentra en peligro de extinción debido a las diversas transformaciones del hábitat y por la acción humana tendiente a controlarlas como plaga. La mangosta Grandidier, ha sido colocada en la lista roja de animales en peligro de extinción para que se puedan tomar las acciones proteccionistas necesarias.
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