En las cercanías de lagos, ríos y espejos de agua, es posible encontrar unos curiosos insectos con alas transparentes una larga cola y un vuelo que asemeja al de un helicóptero. Es la libélula, perteneciente a la familia de los Anisópteros. Estos insectos son conocidos como paleópteros, es decir que son incapaces de plegar sus alas sobre su abdomen como lo hacen otras especies. La libélula es un insecto que presta un importante servicio al ser humano ya que colabora en el control de la población de moscas y mosquitos.
Morfología de la libélula, sus características
La libélula es un insecto que se caracteriza por la fragilidad de su cuerpo. Sus alas, transparentes y largas, se disponen en 2 pares, uno anterior y otro posterior. Estas alas le permiten a la libélula volar a gran velocidad y como particularidad, podemos mencionar que las libélulas pueden agitar sus alas anteriores y posteriores de manera simultánea o alternada, permitiendo distintas formas de vuelo.
Los ojos de este insecto son multifaceteados. Cuenta con más de 30 mil facetas que le permite disponer de una vista excelente y de 360º. La forma y la disposición de las patas, le impide caminar, pero le resultan sumamente útiles a la hora de atrapar sus presas.
Como la mayor parte de los insectos, la libélula transita un verdadero proceso de metamorfosis donde se distinguen 3 fases bien definidas luego de eclosionar el huevo: ninfa, larva y adulto. La libélula deposita sus huevos en el agua o zonas de mucha humedad, incluso algunas especies se sumergen en las profundidades para desovar en lugares más protegidos.
La primera fase, luego de la eclosión del huevo es la de ninfa. En esta fase – la más prolongada en la vida de la libélula – el insecto pasa todo su tiempo debajo del agua. Allí se alimenta de larvas de mosquito y cuenta con branquias que le permiten la respiración acuática, ubicadas en la zona del recto. La ninfa se desplaza por el agua a gran velocidad, debido a un impulso de una corriente de agua que parte desde su ano.
Luego de la fase de ninfa, comienza la etapa de larva, que puede durar entre 2 meses y tres años. La larva de la libélula es un depredador formidable. Cuenta con un arma letal, un brazo retráctil, ubicado debajo de la boca, con el cual atrapa sus presas, fundamentalmente renacuajos. En esta fase, la libélula se prepara para convertirse en adulta y adquirir sus capacidades definitivas. Para ello, la larva sube a través de una caña o de una planta que emerge del agua, aquí comienza a respirar de forma aérea y desde un punto ubicado detrás de su cabeza, la piel larval comienza a romperse para dar paso al nuevo ejemplar adulto. A partir de aquí, comenzará a volar u procurarse su alimento entre moscas, mosquitos, polillas y otros insectos voladores.
Reproducción de la libélula
La reproducción de la libélula comienza con un cortejo en el cual el macho demarca con su vuelo el territorio cercano a ríos y espejos de agua, si es necesario se enfrenta ferozmente con otros competidores. Una vez determinado el territorio, la hembra ingresa en él y el macho comienza a realizar un vuelo especial para que la hembra acepte ser copulada.
Cuando el macho es aceptado, libera una pinza que posee en la zona del abdomen con la cual sujeta por la cabeza a la hembra, la que arquea su propio abdomen para permitir la unión de los órganos sexuales. El macho deposita su esperma en la hembra. Una curiosidad es que el macho dispone de un órgano que le permite retirar el esperma de otros machos que la hembra pudiera tener. Luego de la fertilización, las hembras depositan sus huevos en cercanías del agua o en algunos casos, sumergidos en ella.
El vuelo de la libélula
La destreza del vuelo de la libélula es un arma letal al momento de atrapar sus presas. Por medio de una especie de ilusión óptica, la libélula, es capaz de transmitir una imagen estática de su vuelo, esto confunde a sus presas y por medio de un veloz movimiento, la libélula logra atraparlas. Sus alas permiten el alteo independiente de cada una de ellas, por eso este insecto puede volar en todas las direcciones, hacia arriba, hacia abajo, adelante o atrás – al igual que el colibrí – y, hasta estacionarse en el aire. Poseen, además una estructura con pequeñas bolsas que permiten atrapar las distintas corrientes de aire y de esta manera cobrar vuelo.
La libélula, uno de los insectos más fascinantes, capaz de reflejar hermosos colores de acuerdo a la incidencia de la luz solar, ha sido casi venerada por distintas civilizaciones que, a lo largo de los siglos se han encargado de dejarlas reflejadas en grabados y pinturas que dejan ver la importancia que siempre han tenido.
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