Se conoce como nucléolo a una zona del núcleo de las células eucariotas. Es una especie de armadura supramacromolecular sin membrana, que lo delimita del resto de las estructuras. Es de significativa importancia, puesto que en él se protege la información genética y todos los componentes relacionados con el metabolismo del ADN. Allí también se ejecutan procesos vinculados con la generación de los ribosomas, entre ello la síntesis y maduración del ARN ribosómico y el ensamblaje de las subunidades ribosómicas.
En su «armazón» se manifiestan dos estados diferenciados: El reposo, cuando la célula no se fracciona y recibe el nombre de núcleo interfásico, y la división, cuando se da la duplicación celular y es conocida como mitosis.
LOCALIZACIÓN del nucléolo
Los nucléolos se encuentran en la parte central del núcleo o levemente retirados hacia la periferia. En los núcleos polilobulados, están localizados en un lóbulo concreto. Los nucleolos están presentes en todos los núcleos de las células eucariotas, exceptuando los espermatozoides y los núcleos de segmentación de los anfibios.
CARACTERÍSTICAS del nucléolo
El nucléolo muestra tamaños variables, de 2 a 7 micras, obedeciendo al estado de concentración de la cromatina. Es así como las neuronas del ser humano poseen los nucléolos más pequeños, debido a que su acción polimerasa es la más reducida de todas. Contrariamente, las células germinales exhiben los ribosomas más grandes, ya que su actividad ribonuclear es mayor.
En los nucléolos se distinguen los siguientes componentes:
- Parte amorfa o nucléoloplasma: Atañe a las zonas de escasa densidad, electrones que crean concavidades intercomunicadas en su parte densa. Posee gránulos de DNA.
- Parte densa o nucléolonema: Aquí se diferencian varias subdivisiones: La parte granular (integrada por grupos de gránulos de 25 nm de diámetro, aproximadamente, con ribo núcleo-proteínas), la parte fibrilar (con una densidad mayor que la anterior, formada por fibrillas de 8 a 10 nm y ribo núcleo-proteínas) y el centro fibrilar (bastante perceptible en ciertos nucléolos, con distintos centros fibrilares y menor densidad, que radica en delicadas fibrillas de 7 a 9 nm, con DNA y algo de RNA)
FUNCIÓN del nucléolo
La función más relevante del nucléolo es la reproducción del ARN de los ribosomas. En él se lleva a cabo la biosíntesis de los ribosomas, partiendo de los componentes del ADN para crear ARN ribosómico. De igual forma, está relacionado con la síntesis de proteínas, porque es en la célula donde ocurre una síntesis proteica acelerada, justamente donde se halla gran cantidad de nucléolos.
La presencia del nucléolo en la célula es esencial. Estudios realizados demuestran que si no existiese, disminuirían los ribosomas en el citoplasma, hasta desaparecer totalmente.
También el nucléolo coopera en la maduración y traslado de pequeñas porciones de ARN, hasta conseguir su destino final, es decir la célula. Aparte de lo mencionado, el nucléolo interviene en otras situaciones celulares, tales como la regulación del ciclo celular, las respuestas al estrés celular, las actividades de la telomerasa y la vejez.
Los señalamientos anteriores muestran que el nucléolo posee una multifuncionalidad reflejada en lo complicado de su constitución proteica y de ARN, y en los eficientes cambios que exhibe su estructura molecular, al responder a las versátiles condiciones celulares.
CICLO DEL NUCLÉOLO
Al igual que en los cromosomas, el proceder del nucléolo difiere según la presencia de células interfásicas o mitóticas. En la interfase no son detectadas transformaciones llamativas en el nucléolo: Se amplía su volumen y hay disposición a la asociación de los nucléolos cuando dos organizadores nucleolares están cerca.
En la división celular, el nucléolo experimenta variedad de variaciones que van a establecer su ciclo mitótico característico, el cual se fundamenta en tres procesos:
- Desorden profásico. Es un proceso donde el nucléolo va a experimentar las siguientes particularidades: Configuración irregular, que puede ser polilobulada o estrellada; reducción de sus dimensiones; descenso de la analogía tintorial y manifestación de pequeñas aglomeraciones de materia nucleolar sueltas entre los cromosomas profásicos.
- Reorganización telofásica: Al iniciarse la telofase, se comienza a observar la aparición de cuerpos laminares entre los cordones cromosómicos en las rutas de descondensación. De igual forma, se detectan cuerpos más esféricos, como consecuencia de la afluencia y fusión de cuerpos más chicos. Estos presentan todas las particularidades anatómicas y reactivas típicas del nucléolo interfásico, designándose como organismos prenucleolares.
- Transporte metafásico y anafásico. Ya para esta fase el nucléolo no está individualizado. Sus componentes están diseminados por el núcleo profásico y han finalizado agregados a los cromosomas metafásicos.
Una vez adelantada la telofase, los cuerpos prenucleolares crecen mucho más y emprenden la formación de un nucléolo interfásico, por coalescencia y unión.
Es así como el ciclo nucleolar está levemente retrasado, con respecto al ciclo cromosómico, en sus períodos morfológicos. Tras la activación de la profase, comienza la desorganización profásica y concluye cuando arranca la primera fase. Inmediatamente después de comenzar la telofase, inicia la reorganización telofásica y termina cuando inicia la interfase. Como se observa, es un tanto complejo el ciclo de esta importante región del núcleo, imprescindible en la célula.
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