Odonata es el término que se emplea para nombrar a un orden de insectos carnívoros que congrega a las libélulas, los caballitos del diablo y otras seis mil especies clasificadas. En etapa adulta, los individuos de este orden son fácilmente reconocibles, por poseer un par de alas finas, alargadas y transparentes. También tienen el torso ligeramente inclinado, el abdomen largo y estrecho, y la cabeza generalmente más amplia que el cuerpo.
El vocablo odonato proviene de la voz griega “odon”, que significa diente y el sufijo latino ato/ata, que se traduce como “dotado de”. Entonces, la traducción literaria es “que ostentan dientes”.
Son dos los subordenes que conforman el grupo de las odonatas. Anisoptera (libélulas) y Zygoptera (caballitos del diablo). Anteriormente se había establecido un tercero llamado Anisozygoptera, que estuvo representado por un compuesto morfológico de los anteriores, pero al parecer actualmente no es considerado un grupo natural, por lo que ha sido abandonado en las investigaciones.
Distribución
Las especies odonatas están distribuidas en gran parte del planeta, principalmente en los trópicos, donde son más abundantes y diversas. Sin embargo, se suelen hallar con más presencia en los bosques boreales de Norteamérica y Siberia, así como en todo el hemisferio Sur, sin incluir la Antártida. Suelen desenvolverse en cursos de agua poco profundos, estanques, marismas y arroyos. En estado larval generalmente viven en el fondo, camuflados con su entorno.
Características de las odonatas
Una de las características físicas más resaltantes de los odonatos es su enorme cabeza redonda, con ojos complejos altamente evolucionados. Las piezas masticadoras están ubicadas debajo de la cabeza y están representadas por unas mandíbulas simples para masticar (adultos).
Están provistos de patas bien adaptadas para coger a sus alimentos (insectos) en pleno revoloteo. Como se dijo antes, sus dos pares de alas son largas, finas y transparentes, y se mueven de forma independiente. El abdomen alargado y delgado es más extenso que ellas.
Casi todas las especies muestran una estructura llamada “pterostigma”. Es una protuberancia ubicada en cada una de las puntas del ala, en ocasiones colorida. La utilidad de estas aún no está 100% esclarecida, pero se cree que tenga que contribuya con la aerodinámica de estos organismos. Otros autores sostienen que puede tener una utilidad visual.
En estado juvenil (ninfas) las odonatas tienen el cuerpo más pequeño, pero mucho más gordo. Están desprovistas de alas, los ojos son más reducidos, las antenas alargadas y la movilidad de su cabeza es más limitada. Su aparato bucal le ayuda a atrapar a sus presas.
Otros rasgos
La diferencia entre las libélulas y los caballitos del diablo son fácilmente visibles. Los primeros insectos tienden a ser mucho más robustos y fuertes que los segundos. En calma mantienen las alas hacia afuera, hacia abajo o hacia adelante. Los segundos son más delgados y aerodinámicos, pero más débiles en el vuelo. Las alas en reposos se muestran dobladas hacia atrás, en dirección al abdomen.
Los ojos de las libélulas son mucho más grandes, incluso llegan a juntarse uno con el otro, mientras que los caballitos tienen los ojos más pequeños, con un espacio entre ellos.
El vuelo de las odonatas
Las alas de los odonatos están compuestas por una compleja red de venas. Como anteriormente se había mencionado, éstas poseen una estructura llamada pterostigma, ubicada en la punta. Las alas delanteras suelen ser más finas que las traseras, cosa que en algunas especies cambia, como es en el caso de las migratorias. Éstas expanden las alas delanteras para permitirles planear durante el vuelo.
El vuelo de estos insectos es único. Mientras otros mueven de forma sincrónica todos los pares de alas, los odonatos pueden batir independientemente cada par. Esto les permite adoptar diferentes modos de vuelo y hasta realizar «acrobacias». De allí que se ven insectos con vuelo estacionario, vuelo hacia atrás y vuelo de giros rápidos, en un radio reducido. Es tan peculiar este detalle, que los odonatos se han estudiado a través del tiempo para aplicar sus principios de vuelo en la aeronáutica.
reproducción de las odonatas
Los odonatos en estado juvenil son de hábitos acuáticos y se asocian a cuerpos de agua dulce, ya que parte de su ciclo de vida transcurre en el medio acuoso. Aunque hay algunos que se alejan del agua en su etapa adulta.
El aparato reproductor masculino de los odonatos es muy diferente al de los demás insectos, puesto que es más desarrollado y complejo. Está compuesto por un agarre para sujetar a la fémina durante el acto, y otro conjunto se encarga de introducir el esperma previamente producido en el abdomen (órganos reproductores primarios).
El proceso reproductivo empieza cuando el macho atrapa a la hembra por la caja torácica y dobla la barriga para que los genitales agarren a los órganos copulatorios, donde se encuentran almacenados los espermatozoides.
La hembra por su parte, también dobla su barriga hacia adelante para tener contacto con el aparato masculino y así recibir el líquido espermático. Este proceso se le conoce comúnmente como “Rueda”. Ella deposita los huevos en el agua, cerca de ésta o en lugares húmedos. Al eclosionar emergen las “pronias” (larvas en latín), que viven de los nutrientes que estaban en el huevo.
Posteriormente, se convierten en ninfas y adoptan de nueve a 14 transformaciones. Se convierten en unos depredadores muy voraces, y se alimentan de muchos organismos acuáticos, incluso de alevines (estado larval de los peces).
Importancia
Los odonatos pueden ser usados como bioindicadores de la calidad del agua en los ríos, debido a que dependen de unas buenas condiciones fisicoquímicas para un buen desarrollo en las primeras etapas de su vida.
Tomando en cuenta que la dieta se basa casi en su totalidad de insectos, la densidad de éstos será proporcional a la población de posibles presas. Por tal motivo, la población de estos indicará la cantidad de presas en el ecosistema.
Por otra parte, la diversidad de especies de vegetales vasculares también está relacionada de forma positiva con la abundancia y diversidad de odonatos en un hábitat determinado. De allí que en un ecosistema con gran variedad de estos insectos, también es sinónimo de una gran variedad de plantas.
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Las larvas de este orden han sido usadas con éxito para disminuir la población de los mosquitos patas blancas, principales responsables de la transmisión del virus del dengue.
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