Existen diversos procesos que permiten el desarrollo de un ser viviente y difieren considerablemente entre sí. Específicamente la partenogénesis, es reconocido como un tipo de reproducción sexual monogamética, en el que sólo interviene una célula sexual. En este sentido, también es posible tipificarle como un procedimiento asexual.
En la biología, la partenogénesis es un proceso que tienen en común algunos animales y plantas. Concretamente se realiza a través de las células sexuales femeninas, que se separan varias veces, sin la presencia de un gameto masculino. En ciertas especies se trata del único medio para reproducirse, mientras que en otras se alterna con el método sexual.
En varios textos se le nombra también como “reproducción virginal”, referencia que conforma el origen etimológico de la palabra. Partenogénesis implica la sumatoria de dos términos griegos: “Parthenos”, que se traduce como “virgen”, y “Génesis” que se refiere a “origen o nacimiento”.
CLASIFICAción de LA PARTENOGÉNESIS
La separación de células femeninas también es frecuente en muchos insectos y coleópteros. No obstante, la clasificación de la partenogénesis depende de la descendencia del ejemplar. Pueden ser: arenotosis, telotosis y anfitosis.
- Arenotosis: Se refiere a que los nacimientos son únicamente de ejemplares masculinos, tal es el caso de las abejas.
- Telotosis: Esta implica que los nacimientos son exclusivamente de ejemplares femeninos, algo que ocurre con el pulgón.
- Anfitosis: Sucede que de los huevos que no fueron fecundados nace descendencia masculina y femenina. Algunas generaciones sexuadas de los áfidos pertenecen a esta categoría.
Causas conocidas de la Partenogénesis
Existen diversas razones por las que un óvulo puede dividirse antes de la fecundación. Entre las posibilidades destacan factores químicos o ambientales. No obstante, especialistas han corroborado que la presencia de algunas bacterias puede producir la partenogénesis. Una de ellas es la perteneciente a la familia de las wolbachias, la cual parece haber penetrado en el ADN de algunos animales para cambiarlo. Lo cierto es que incluso hoy en día, es difícil definir a qué se debe este proceso o qué lo origina.
Aunque las especies partenogenéticas forman parte de un numeroso grupo que ha poblado el planeta, poco se sabe sobre los mecanismos que permiten su desarrollo. Para intentar explicarlo, se han establecido tres procedimientos, que determinan la transición a una reproducción asexual: partenogénesis espontánea (a través de la mutación), partenogénesis por hibridación o contagiosa e infecciosa.
- Partenogénesis espontánea: La teoría indica que el linaje partenogenético sería producto de una mutación que se da en los genes que intervienen en la sexualidad, la meiosis o en el equilibrio hormonal.
- Partenogénesis por hibridación: En algunos híbridos, que nacen del cruce entre dos especies cuya reproducción es sexual, la meiosis puede ser un impedimento, lo que ocasionaría la pérdida de sexualidad.
- Partenogénesis contagiosa: los genes que definen la asexualidad se transferirán como una infección, por hibridación entre féminas partenogenéticas, es decir, con una carga genética preexistente, y machos de la misma especie, que se reproducen por vía sexual.
Datos relevantes
La partenogénesis aparece especialmente en especies vegetales. Cuando se trata de plantas, la apoximia es el proceso que utilizan para reproducirse y es relacionado con la partenogénesis, a través de la generación de semillas, sin que intervenga la fertilización o haya meiosis.
Curiosamente, la partenogénesis deja marcas particulares en cada clasificación animal. Un ejemplo frecuente son los insectos, que padecen disformidad parcial o completa de las alas, lo que se traduce en que presentarán poca facilidad de movimiento por sus propios medios cuando sean adultos.
Cuando un insecto no tiene alas, sobre todo si su reproducción es sexual, se trata de un problema serio que afecta su capacidad de traslado al encuentro sexual con el ser opuesto. Esto no ocurre con los partenogenéticos, los cuales se benefician de su incapacidad para volar, debido a que cuentan con mayor fecundidad y potencial para distribuir mayor cantidad de ejemplares a través de huevos, larvas y pupas.
Se ha comprobado que muchos vertebrados de sangre fría son partenogenéticos, tales como: peces, anfibios, reptiles que pertenecen a la familia gekkonidae y teiidae, y varios otros invertebrados como gusanos platos, cilíndricos, caracoles, lombrices de tierra, bichos bolita, polillas, moscas, mosquitos y jejenes, además de gorgojos y taladrillos. Estos últimos, son la familia de animales que ostenta el primer lugar entre las especies partenogenéticas.
En este rango también se cuentan los picudos. Algunos vertebrados como los lagartos, tienen grupos formados únicamente por hembras, que reproducen crías genéticamente idénticas a ellas, algo que se conoce como reproducción clonal.
Se ha confirmado que algunos invertebrados, que se consideraban sólo especies partenogenéticas, mantienen relaciones sexuales de forma esporádica, debido a que los machos empiezan a manifestar ciertas particularidades. Finalmente, el intercambio poco habitual entre genomas machos y hembras resulta adecuado para disminuir significativamente los juicios de valor que genera el tema de la asexualidad, y permitiría que las especies partenogenéticas subsistan muy a largo plazo.
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