“Desarrollado” en el norte de España, y llevado por emigrantes a los Estados Unidos y Australia, el pastor australiano (Australian Shepherd), es una raza de can de pastoreo, nombrada así por los pastores vascos que llegaron a América, desde el continente australiano.
La raza fue introducida en 1990, y reconocida en 1994 por el Asutralian National Kennel Council, destacando su belleza, obediencia y agilidad.
Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se vivió el auge del oeste, el pastor australiano vio incrementada su popularidad, pues era llevado a los rodeos y espectáculos de caballo, e incluso integrado a las películas de televisión.
Comportamiento del Pastor australiano
Durante décadas, el pastor australiano ha sido muy apreciado por su facilidad para ser formados, y por su inmensa capacidad y deseo de complacer a su amo.
Es muy obediente y puede desenvolverse en otros papeles que no se limitan a los ensayos de pastoreo y al trabajo como stockdogs.
Es, como la mayoría de los perros de trabajo, muy dinámico y enérgico; capacidades que le permiten destacarse en diversos deportes, y en labores de búsqueda y rescate.
El pastor australiano es magnífico para tareas de detección, guía, terapia y servicio. Es muy noble y buen compañeros de la familia.
Es un perro inteligente, que aprende rápido y le encanta jugar. Es notable que con un simple “NO”, entienda la orden. Igualmente, una sencilla caricia le ayuda a entender que está haciendo un buen desempeño.
En la actualidad, es en Francia donde se halla una de las más grande poblaciones de pastor australiano. Se cría como mascota y se le ve en cuerpos de resguardo y seguridad.
Cuando son mascotas, destaca su emocionada forma de saludar a los miembros de la casa. Con saltos y lamidas les da la bienvenida.
Usualmente llegan a vivir unos 13 años, aunque con los cuidados adecuados puede llegar 15.
Características del pastor australiano
La apariencia del pastor australiano puede variar hasta el punto de que pocos criadores se atreven a unificar su aspecto en un mismo patrón de rasgos y características.
La raza en si puede ser dividida en dos líneas diferentes, perros de trabajo y perros de exposición. Los de trabajo usualmente tienen menor pelaje y su estructura ósea puede ser pequeña, mediana o grande.
Los pastor australiano de exposición tienen un manto más completo y su musculatura es más pesada en comparación con las especies de la otra línea.
La raza se caracteriza por ser mediana y de constitución fuerte y sólida. Además, la norma exige que estos perros deben medir de 18 a 23 pulgadas en el área conocida como la cruz, es decir de la parte más alta del omoplato hasta el suelo. Los machos deben reflejar entre 21 y 23 pulgadas, y las hembras de 18 a 21 pulgadas.
No es conveniente efectuar la medición con una cinta métrica convencional, sino con un aparato especializado que se puede encontrar en los criaderos profesionales o consultorios veterinarios. La medida se debe tomar perpendicularmente y el animal debe estar para con naturalidad, con las patas anteriores paralelas a la línea imaginaria.
Otros rasgos del animal
El color del pastor australiano varía entre negro y rojo, con manchas blancas y cobres en la cara, pecho y piernas.
Un factor a considerar, es que el blanco no debe aparecer en el cuerpo desde el punto superior de la escápula hasta la cola. El exceso de manchas claras en las orejas y el rostro, puede conllevar a un mayor riesgo de sordera y cáncer de piel.
Su energía casi inagotable le permite recorrer 60 kilómetros al día, por lo que no es recomendable mantenerlo encerrado.
Se le debe proveer del espacio necesario para ejercitarse. De lo contrario, la energía retenida y la falta de ejercicio pueden hacer que se vuelva destructivo y nervioso.
El color de los ojos también puede variar, de hecho, hace algunas décadas eran conocidos como los “perros de los ojos fantasmas”. Pueden ser marrones o azules, o mostrar dos tonos diferentes. Cuando es así, se les denomina “ojos divididos”. Si están opacos, podría ser signo de alguna enfermedad.
Cuidados y afecciones del Pastor australiano
La fortaleza del pastor australiano lo hace resistente a diversas patologías. Sin embargo, en algunos casos puede sufrir de displasia de cadera o problemas de retina como la atrofia progresiva.
Algunos ejemplares pueden padecer sordera, cálculos de riñón o ceguera. Las afecciones genéticas son muy extrañas en él.
El pastor australiano requiere los mismos cuidados veterinarios de otras razas. No obstante, se le debe prestar especial atención a su pelaje, que tiende a ser delicado. Hay que cepillarlo frecuentemente y bañarlo cada 15 días para que mantenga un buen aspecto y una higiene integral.
La alimentación es crucial. Debe estar compuesta esencialmente por proteínas, y dosificarse en cinco o seis porciones diarias, ya que se trata de un animal que, por su condición trabajadora, quema muchas energías.
Deja una respuesta