En los libros de cuentos y en las películas infantiles ha estado presente desde hace muchos años. Hans Christian Andersen, por ejemplo, lo utilizó para hacer una hermosa parodia sobre el autoestima humano a la que llamó el “Patito feo” (1843), y Disney lo usó para llevar mensajes de positivismo y alegría con el singular Pato Donald (1931). Aunque sus características físicas hayan sido reformuladas para crear estos míticos personajes, en ambas producciones sale a relucir un elemento distintivo del pato: su carácter afable.
Comportamiento del pato
El pato se desenvuelve muy bien en el agua, donde se le ve sereno, seguro y elegante, pero su andar en tierra es torpe y descuidado. Se distingue por su pico ancho y plano, su cuerpo redondeado, y sus patas cortas y palmeadas.
Su nombre científico es Anas platyrhynchos, y es un ave del orden Anseriformes, perteneciente a la familia Anatidae, compuesta por unas 150 especies, entre las que destacan cisnes, gansos, ocas, cauquenes, porrones y serreta, entre otras.
Por lo general vive en parejas o en grupos y sufre cuando pierde a un compañero. Es social por naturaleza, y la mayor parte del día se dedica a buscar comida. Durante la noche se congrega con los demás para dormir.
Un dato curioso sobre el pato es que se divierte limpiando su nido y acicalando sus plumas. Con frecuencia se le observa batiendo su plumaje con suma precisión, confianza y belleza.
Origen del pato
En buena parte de los parques y reservorios naturales del mundo hay patos. Los niños, sobre todo, disfrutan al alimentarlos y verlos nadar a toda prisa en un intento desesperado por atrapar el pan o lo que sea que les hayan lanzado.
En Europa, Asia, América del Sur y América Central, hay grandes poblaciones de patos. Es posible que en alguno de esos lugares haya sido domesticado hace dos mil años, aproximadamente. Sin embargo, desde muchísimo tiempo atrás eran criados para el consumo humano. Tanto su carne como sus huevos han sido siempre muy cotizados, al igual que sus plumas que son empleadas para la fabricación de edredones, almohadas y elementos decorativos.
Es probable que este animal provenga del pato real salvaje, conocido como ánade real, que se desarrolla en las zonas nórdicas y emigra en las temporadas de invierno a las regiones templadas del sur para poder garantizar su sustento.
Existen patos silvestres y domésticos, y se diferencian por tres elementos particulares: el tamaño, temperamento y color. El doméstico es más pequeño y de cuello más corto. Su plumaje suele ser blanco y es muy dócil. El salvaje, en cambio, es agresivo y el plumaje del macho es gris o café, con destellos verdes brillantes. Además, tiene un aro blanco alrededor del cuello y el pecho morado. La hembra, en tanto, es café, negra y blanca, tres tonalidades que le permiten ocultarse en la vegetación para resguardar a sus crías.
El pato habita principalmente en lagos y estanques.
Características y alimentación del pato
La mayoría de los patos tienen las piernas, picos y patas naranja. Aunque abundan los blancos, también los hay marrón, negro y gris. Muchos de ellos nacen con las plumas amarillas.
Los patos domésticos tienen alas más cortas que los silvestres, por lo que no pueden volar como lo hacen otras aves. Los orificios que tienen en su pico, forman parte de su sistema respiratorio, de donde emerge el peculiar graznido (cuan cuac) que realizan para comunicarse. Los machos efectúan este “canto” en un tono más bajo cuando están listos para aparearse. También emiten un sonido parecido a un silbido para alejar a sus enemigos, y un ronquido o chiflido durante el vuelo.
Los patos mudan su plumaje dos veces al año. Algunos no muestran diferencias entre sexos, pero en el caso particular de los domésticos, se pueden diferenciar por la punta de su cola. Mientras el macho la tiene hacia arriba, la hembra la tiene hacia abajo.
Esta especie tiene tres dedos firmes y delgados que se unen por una membrana para facilitar su nado. Su cabeza es pequeña y las dimensiones de su cuello varían según su tipo.
El pato puede vivir unos 12 años con las condiciones adecuadas. El silvestre se nutre de moluscos moluscos, insectos, peces, huevos de rana y caracoles de agua fresca, mientras que el domestico se alimenta de los productos especiales para patos que les proveen los humanos, y que tienden a estar elaborados a base de granos como arroz, sorgo, cebada y maíz, o de semillas de algodón, maní y girasol.
Reproducción
Para reproducirse, los patos forman nidos en lugares protegidos, donde ponen entre 4 y 12 huevos, que son incubados por la hembra durante 28 días. Al eclosionar, las crías salen del huevo y al poco tiempo estarán listas para ir detrás de la madre en busca de sus provisiones. Ella misma los conduce al agua. Desde muy chiquititos aprenden a nadar y se muestran muy independientes con respecto a su alimentación.
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