Con el nombre de perro de agua, se suele reconocer a un conjunto de razas que comparten ciertas características comunes. Tamaño mediano, pelo rizado y con la consistencia de la lana. La raza emblemática de los perros de agua, es el perro de agua español. Este canino es utilizado, generalmente, para tareas de pastor, en la caza para el cobro de piezas y en los barcos. Son perros dóciles y que aprenden con mucha facilidad. Su origen, como lo sugiere el nombre, se encuentra en la península Ibérica.
características del Perro de agua
Al perro de agua español se lo reconoce por ser de tamaño mediano. Los machos miden entre 45 y 50 cm de altura y llegan a pesar 22kg. Las hembras son algo más pequeñas que los machos, llegando a medir 45 cm y un peso máximo de 19 kg. el perro de agua es más largo que alto.
El color de su pelaje, puede variar, siendo los más comunes el beige, el marrón, el negro sólido y el blanco. En algunas ocasiones se presentan en dos colores, siempre uno de ellos el blanco. Este pelaje es abundante, en extremo rizado y con una apariencia a la lana de oveja que caracteriza esta raza.
La nariz – a la que se denomina trufa – y la parte de la cara que la rodea, son del mismo color que la parte más oscura que tenga el animal. Su cabeza se destaca por la elegancia con la que el perro de agua la lleva, siendo el cráneo plano y la parte superior se presente paralela al morro del animal.
El perro de agua español es muy apreciado por su temperamento. Es fiel y obediente y si desde cachorro se lo acostumbra a una sociabilización temprana, es dócil con las personas de su entorno. Sus instintos naturales lo inscriben como una raza apta para labores, la caza y como animal guardián. La robustez de su cuerpo está acompañada de mucha energía, por eso puede desempeñar múltiples tareas y juegos, con gran agilidad. El perro de agua puede llegar a mostrar una gran desconfianza hacia los desconocidos, sean estos personas o animales.
¿Cuál es el origen del perro de agua español?
La versión más aceptada acerca del origen de esta raza señala que fue introducida en Europa por las invasiones islámicas a la península Ibérica, allá por el año 700 de nuestra era. Fue desde Andalucía que el perro de agua español se distribuyó a toda España y luego a través de las diversas actividades fluviales de la región, fue extendiéndose por el resto del continente.
La mayor concentración de animales de esta raza se localiza en Andalucía y Extremadura, pero, poco a poco, su cría se fue extendiendo debido a la versatilidad de tareas que es capaz de realizar el perro de agua.
El reconocimiento oficial del perro de agua
A pesar de ser una raza que tenía una presencia desde hace varios siglos atrás, fue recién en 1982 que recibió su primer reconocimiento, como raza independiente. Este reconocimiento le fue otorgado por la Real Sociedad Canina Española, luego de su participación en la Exposición Canina Mundial de Valencia. Si bien se lo reconoció de manera provisoria, esto abrió las puertas para un reconocimiento oficial.
En 1985, el perro de agua español, fue reconocido de manera oficial y definitiva por la Real Sociedad Canina Española como una raza independiente. En 1986, la Federación Cinológica Internacional le otorgó un reconocimiento provisorio para participar en exposiciones internacionales y en 1999, finalmente llegó, para esta raza, su reconocimiento oficial y definitivo a nivel mundial.
El perro de agua y sus funcionalidades
La Federación Cinológica Internacional reconoció al perro de agua español como un animal de cobro, es decir destinado a recuperar las piezas de caza, pero también se lo clasificó como perro de agua, por su capacidad de cobrar presas en lugares pantanosos y anegados de agua.
El perro de agua es un animal que cumple excelentes funciones como pastor, siendo capaz de conducir rebaños de distintos tipos de animales, para ello, esta raza requiere de un entrenamiento previo.
En algunas regiones, estos animales son entrenados para formar parte de los cuerpos de bomberos y para intervenir en todo tipo de desastres. Pueden detectar víctimas de derrumbes, incendios, huracanes, etc. En América Central, durante los efectos del devastador Huracán Mitch, en 1998, que dejó miles de afectados, la participación de los perros de agua españoles fue clave para la búsqueda y rescate de las víctimas. Al perro de agua se lo entrena, también para actividades aeroportuarias en los procedimientos de detección de drogas.
La docilidad y buen temperamento de estos animales, sumado a su agradable aspecto físico, lo ha convertido en un gran perro de compañía. Es un buen compañero de los niños, a los que cuida participando de sus juegos y como animal de cuidado.
Deja una respuesta