Sin duda, el universo animal es amplio y diverso. Los primates constituyen una de las especies más antiguas, con casi 58 millones de años en la Tierra, y han sido de grado interés científico por un aspecto fundamental: Los humanos pertenecen a ese escalafón. Son primates los mamíferos plantígrados, es decir, que se apoyan en la planta de sus pies al caminar. Pertenecen a este grupo los lémures, babuinos, chimpancés, orangutanes y gorilas, entre otros, todos con un peso que va desde los 30 kg hasta los 200 kg. Tienen cinco dedos y un patrón dental común. Se han identificado 150 géneros, pero las dos terceras partes están extintos.
El término primates se usó por primera vez en 1758, y traduce primeros en latín. Se dice que los primeros ancestros pudieron existir a finales del Cretácico, hace unos 65 millones de años, siendo el más antiguo en conocerse el Plesiadapis del Paleoceno Superior, que data de hace 55-58 millones de años.
Aunque el aspecto físico de los primates cambia radicalmente entre cada uno, comparten ciertas similitudes como la posibilidad de distinguir colores, visión binocular estereoscópica que les permite saber a qué distancia están de su objetivo, manos prensiles para sujetar cualquier cosa, presencia de uñas en vez de garras, y un desarrollo avanzado de sus hemisferios cerebrales. También destaca el hecho de que tengan extremidades largas, que sus ojos estén ubicados delante del cráneo, que su cuerpo esté protegido por pelos y que cuenten con dos mamas pectorales.
Dos tipos de primates
Es posible diferenciar dos subórdenes de primates mamíferos: los estrepsirrinos y los haplorrinos. La característica principal de los estrepsirrinos es su nariz húmeda, sin vellosidad, parecida a la de perros y gatos. Estos suelen habitar en Madagascar y al sudeste de Asia. Son considerados más primitivos que su orden hermana, y en ellos se ubican a los lémures y los loris.
Los haplorrinos, cuyo nombre hace referencia a la carencia de membrana alrededor de las narinas y al poco vello de su hocico, incluyen a tarseros, monos, gibones y grandes simios. Asimismo, los humanos pertenecen a este renglón de primates.
Datos relevantes sobre los Primates
Aunque algunos seres vivos prefieren la soledad, se cree que los primates suelen tener una vida social muy activa. Ciertas especies forman grupos numerosos, entre los que siempre hay un macho dominante. Curiosamente, no todos están interesados en formar pareja, y pueden permanecer en “familias de solteros”.
Tal y como pasa con muchos animales, los primates no se libran del peligro de la extinción. Algunos son atrapados para mantenerlos en cautiverio como mascotas, especialmente los monos de menor tamaño. Otros son muy apreciados por su carne, y en el proceso de caza son destruidos sus hábitats, lo que pone supone una amenaza para otros ejemplares.
Los primates eran originalmente arborícolas, término que describe a los animales que vivían en los árboles, pero en la actualidad también abundan las especies terrestres como mandriles, macacos y babuinos. Son buenos para caminar, pero no corren rápidamente, y son hábiles para trepar.
El primate que mayor población ostenta es el ser humano u homo sapiens. Cuenta con alrededor de seis millones de pares, repartidos en cada rincón del planeta, por lo que también es el primate que más extensión territorial ocupa.
¿Dónde viven los primates?
En la actualidad, los primates viven salvajemente en diversos espacios de cada continente, exceptuando a Oceanía y la Antártida. Por lo general, estos animales pertenecen a la selva, aunque muchas especies han logrado adaptarse al clima de sabana.
Entre los subórdenes mencionados, los estrepsirrinos se han asentado en el Viejo Mundo, específicamente en la Isla de Madagascar, considerada la reserva con mayor biodiversidad de este grupo. Este terreno se aisló de África hace más de 88 millones de años, lo que le permitió generar una evolución de sus habitantes primates.
Ante esta situación, los lémures, por ejemplo, se diversificaron rápidamente, reproduciendo ejemplares herbívoros muy grandes, como el lémur gigante. Por otro lado, los estrepsirrinos también se hallan en Asia y África Continental.
Los haplorrinos, por su parte, están ubicados en África, Asia y América, incluso al norte de México. Es posible que en Europa puedan encontrarse poblaciones silvestres de macacos en Gibraltar. Sin embargo, esta fue llevada hasta la zona por los ingleses en 1704, por lo que no califica como distribución natural de la especie.
Un sitio en particular que carece de la presencia absoluta de primates es Australia. Aunque esta región se separó de la Antártida hace 40 millones de años, ninguna especie de este grupo de animales había pisado estas tierras sureñas.
Alimentación de los Primates
Los primates aprovechan una gran diversidad de alimentos provistos por la naturaleza. Los más modernos, que incluyen a los humanos, han mantenido ciertas costumbres de sus ancestros primitivos, buscando alimentarse, sobre todo, de lo que ofrece el bosque tropical. Frecuentemente, prefieren las frutas para obtener hidratos de carbono, que puedan digerirse con mayor facilidad, y lípidos para conseguir energía.
Otros alimentos que son requeridos por los primates son hojas e insectos, aunque también pueden recurrir a la depredación de otras especies, que le proveen de aminoácidos, vitaminas y minerales. Los que pertenecen a la orden estrepsirrinos pueden sintetizar vitamina C, como otros mamíferos, pero los haplorrinos no cuentan con esta particularidad, por lo que deben obtenerla de su dieta.
Deja una respuesta