El quirquincho es un animal que, pese a su pequeño tamaño, su imagen nos remonta a especies prehistóricas, de hecho, se lo considera un descendiente directo de los gliptodontes hallados en la Argentina, animales que vivieron hace 70 millones de años, medían casi 4 metros y llegaban a pesar 2 toneladas. El quirquincho comparte con sus antepasados su particular caparazón, poco común en un mamífero y su aspecto físico. Se lo puede hallar en distintas regiones de Sudamérica, sobre todo en Argentina y en Bolivia, donde habita el quirquincho andino. De hecho, la palabra quirquincho proviene del idioma quechua.
Descripción del quirquincho, sus características
Este animal, también conocido como armadillo tiene un tamaño variable según la especie de la que se trate, no obstante ello, sus atributos prácticamente no varían. Podemos mencionar 2 grandes especies de quirquinchos: El conocido como quirquincho andino, cuyo nombre científico es Chaetophractus nationi, que habita en las zonas andinas de Bolivia y norte de Argentina y Chile; y el Chaetophractus villosus que habita en la mayor parte del territorio de Argentina, Uruguay y Paraguay. Ambas especies pertenecen a la familia Dasypodidae.
La principal característica del quirquincho es el armazón que recubre su cuerpo. Está conformado por placas óseas curvas, cubiertas con escudos córneos que actúan a manera de protección, estas placas cubren la parte superior de su cuerpo hasta sus costados, y en algunas especies se le pueden observar en su cabeza. Cuando el quirquincho se ve amenazado puede enrollarse, convirtiéndose en una bola inexpugnable. Algunos ejemplares poseen, entre las placas unos gruesos pelos que sobresalen por eso en Argentina se lo conoce también con el nombre de peludo.
Este animal posee patas cortas y en sus dedos cuenta con unas garras que le permiten escarbar en la tierra en busca de su alimento. Su cabeza es pequeña con un hocico alargado que presenta una dentadura carente de colmillos e incisivos. Es poseedor de un excelente olfato que le permite detectar a gran distancia la presencia de animales invertebrados que constituyen su principal alimento.
Reproducción del quirquincho
Son animales de hábitos solitarios y nocturnos y sólo parecen juntarse durante las épocas de apareamiento, que se produce a fines de la primavera y durante el verano se produce la gestación. La hembra llega a parir grandes camadas de hasta 12 crías, aunque algunas especies pueden alumbrar una sola cría. El período de gestación se prolonga por 2 meses y luego de nacidas, las crías abren sus ojos entre los 15 y los 30 días. Por ser animales mamíferos, los recién nacidos se alimentan de la leche materna y el destete llega a los 60 días de vida.
Los quirquinchos alcanzan la madurez sexual a los 9 meses de edad y su vida puede prolongarse por 20 años. En distintas zonas de América del Sur, el quirquincho es una especie que se encuentra en serios peligros de extinción debido a la ampliación constante de la frontera agrícola que arrasa con su hábitat natural.
Comportamiento
Cuando comienza a ocultarse el sol y durante la noche, comienza el momento de mayor actividad del quirquincho, que prefiere alimentarse al amparo de la oscuridad. Su alimentación está constituida principalmente por hormigas, termitas, lombrices, arañas, gusanos y larvas. Para obtenerlos se vale de sus fuertes garras, con las que ataca hormigueros, termiteros y escarbando en la tierra y en las cortezas de los árboles caídos. Su lengua está provista de una sustancia pegajosa que colabora adhiriendo a los insectos a ella.
Su dieta se puede ver alterada por carroña y pequeñas culebras, que reemplazan a la posible falta de insectos suficientes para saciarse.
El quirquincho y el hombre
Para el hombre, el quirquincho ha tenido en su vida un significado especial. En algunas regiones, su caparazón es utilizado para la fabricación de instrumentos musicales, conocidos como charangos, un instrumento de cuerdas similar a una pequeña guitarra, con un sonido muy agradable.
La carne de quirquincho es muy apreciada por el hombre. Su sabor es asociado a la carne de pollo, de conejo o de cerdo. Una vez eviscerado el animal, se lo cocina sin despojarlo de caparazón, ya sea en un horno de barro o asado.
Como contrapartida, es portador de ciertos microorganismos causantes de la lepra, como el Mycrobacterium leprae. En algunas de las regiones del norte de Argentina, el quirquincho es transmisor, junto con la vinchuca – un insecto similar a una cucaracha – del Trypanosoma cruzi que provoca la enfermedad de Chagas.
El quirquincho de la especie Chaetophractus villosus, hasta principios del siglo XX no tenía presencia en la Patagonia Argentina debido a que el Río Chubut – que cruza el país de este a oeste – obstaculizaba su avance, pero la construcción de puentes y caminos permitió, que esta especie endémica, se extendiera a todo el sur de continente americano.