En el reino animalia, en la clase Amphibia, encontramos a la salamandra, científicamente nombrada Caudata. No es un anfibio cualquiera, pues se categoriza como un urodelo, es decir, poseedor de cola. Se dice que hay unas 695 especies vivas, la mayoría de las cuales se hallan en Europa.
Este animal es inconfundible por su tonalidad negra, con múltiples máculas de color amarillo intenso, que suelen revestir casi la totalidad del cuerpo. En algunos ejemplares se invierten los matices y el cuerpo se ve amarillo con manchas negras, mientras que en otros esas vetas pueden ser rojizas.
Por tener un cuerpo alargado, cuatro patas y cola, la salamandra tiende a confundirse y a ser tratada como una lagartija. Siempre fue considerada una especie salvaje, e incluso fue objeto de supersticiones y falsas creencias, lo que le permitió vivir libremente.
Actualmente, se tiene la certeza de que es inofensiva y es criada como mascota, por su belleza y colorido. Esta preferencia hacia la salamandra, permite que se le observe en muchos hogares.
CARACTERÍSTICAS de la salamandra
La característica más destacable de la salamandra es su figura, que se asemeja a la de un lagarto, y las sombras amarillas, variables, sobre la piel negra. Es de tez lisa y brillante, con un manto baboso que la recubre, lo que la hace bastante escurridiza. Igualmente, contiene un pequeño número de componentes tóxicos en algunas de sus glándulas corporales, con los que irrita los ojos y la boca de sus enemigos.
Los ejemplares adultos miden de 18 a 25 cm hasta la cola, aunque las hembras pueden desarrollarse un poco más. Son de cuerpo robusto y alargado que inicia en la base de la cabeza y llega al principio de su no muy desplegada cola. Son anfibios sin escamas, con una cintura pélvica cartilaginosa, que los hace muy flexibles. Cuentan con cuatro patas, dos traseras y dos delanteras, las cuales son cortas y poseen dedos en sus extremos.
Las salamandras constan de estructura ósea y su cabeza es ancha respecto al cuerpo, así como achatada. Su boca es de forma curva y está llena de dientes.
COMPORTAMIENTO y hábitat
Por lo general, es de costumbres nocturnas. Sin embargo si la humedad es alta, como en días de lluvia o neblina, puede que se le vea durante el día. También sale si la temperatura es baja. Su refugio son las hojarascas, cortezas de árboles derrumbados o debajo de las piedras.
distribución
Las salamandras moran en las regiones del hemisferio norte. Hay ciertas variedades en el norte de Sudamérica y otras son vistas en África, y en las zonas del centro y sur de Europa. Su ventaja, es que se adapta a casi todo tipo de hábitat.
A la salamandra se le encuentra en áreas acuáticas y terrestres. De hábitos más bien terrenales, solo busca el agua cuando va a desovar. No obstante, varias subespecies lo hacen en tierra. Con frecuencia se le asocia a bosques no perennes o heterogéneos con riachuelos claros y sombra. Pero también pueden estar en peñones, malezas, prados y otros. Lo que sí es cierto, es que prefieren ecosistemas de elevadas humedades.
ALIMENTACIÓN de la SALAMANDRA
Las salamandras basan su alimentación esencialmente en el consumo de crustáceos pequeños e insectos variados, principalmente en su etapa de crecimiento. Cuando alcanzan la adultez su dieta se modifica un poco. Integran insectos más grandes como arañas, moluscos y orugas.
REPRODUCCIÓN de la salamandra
La salamandra se reproduce en los meses de otoño, cuando ya es adulta. Es decir, a los tres o cuatro años, etapa en la alcanza su edad sexual. Su apareamiento sucede en tierra y durante la noche. Obedeciendo a la variedad existen dos conductas reproductivas: Vivíparas y ovovivíparas.
- Vivíparas. En este caso las salamandras detienen a sus crías dentro de su cuerpo hasta que consumen su metamorfosis. Al ser liberadas son elementos completamente desenvueltos. Entran dentro de la clasificación vivípara, aunque las crías no se sustentan de su madre. Paren entre dos y ocho crías por parto.
- Ovovivíparas. La salamandra mantiene en su cuerpo los huevos, que se desarrollan hasta la hora del parto. Acostumbra a dirigirse a un charco o cualquier pozo de agua limpia para depositar los huevos, donde eclosionan. En general las larvas nacen en los meses de diciembre y febrero, con capacidad innata para nadar. Las mismas tardan entre dos y seis meses para crecer. Logran colocar entre 85 y 90 huevos. Las larvas son de color gris con destellos metálico. Alrededor de los tres o cuatro meses adquieren su típico aspecto y desaparecen las branquias. La cabeza es ancha y sus patas se observan cabalmente formadas. Las larvas dejan el medio hídrico cuando su tamaño excede los seis centímetros de longitud.
CURIOSIDADES
Las salamandras son capaces de regenerar miembros cuando los pierde, indistintamente de cuál sea el motivo. Hecho este que causa mucho interés dentro de la ciencia.
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