Se contabilizan entre 4500 y 5500 especies de ranas y sapos, pero hoy hablaremos del sapo común, el Bufo bufo. Se diferencia de la rana, principalmente por las verrugas oscuras de su piel, de donde destila una sustancia tóxica cuando se siente acorralado. Es un bufónido, perteneciente a la clase de los anfibios, que habita en jardines, bosques y matorrales cercanos a estanques, charcas y otros depósitos de agua.
Se hallan sapos en casi todo el mundo: Europa, Asia, el norte y este de África, las islas baleares, América del Sur, etc. En Estados Unidos, Australia y América Central, abunda el llamado sapo gigante que puede crecer hasta 30 centímetros, y expulsa una ponzoña que puede resultar letal para otros animales, pues afecta el funcionamiento del corazón.
El sapo es de hábitos diurnos y nocturnos. Suele camuflarse entre las piedras, hojas secas, troncos, grietas, madrigueras y huertos. Hiberna entre octubre y marzo. Sale de su escondite en los días lluviosos y de calor ligero. Puede vivir entre 10 y 30 años.
Características del sapo
El macho del sapo mide ente 50 y 60 mm, mientras que la hembra puede alcanzar los 90 mm. Su tronco es corto, ancho y varía de color. Los hay grisáceos, amarillentos, verdes y bermejos. La cabeza es chica con relación a su cuerpo, y luce achatada. Desarrolla unas protuberancias detrás de los ojos que, vale decir, se destacan por el tono rojizo del iris. En la zona abdominal forman unas manchas oscuras sobre una superficie blanquecina. Su canto es sofocado porque no tiene saco bucal.
El sapo tiene dos pares de dedos en las patas anteriores y dos tubérculos en las palmas. Las extremidades posteriores se conforman de cinco dedos membranosos. Tiene capacidad para saltar, pero frecuentemente se le ve andando. La diferencia más visible entre machos y hembras es su tamaño. Además, el varón tiene las patas delanteras más largas, y posee unas callosidades en varios de sus dedos y un tubérculo carpiano, que le sirven para sujetar fuertemente a su pareja durante el coito.
Alimentación y reproducción de los sapos
Para alimentarse, los sapos eligen presas compactas que sean fáciles de tragar. En su menú incluyen arañas, insectos, lombrices, hormigos, larvas, ciempiés, babosas y tijeretas, entre otros. De igual manera, acaban con las plagas de jardín. Para cazar solo se sientan y esperan el momento oportuno para sacar la lengua y succionar su alimento.
Los sapos se multiplican a través de los huevos, es decir de forma ovípara. Para que entren en celo, debe haber una temperatura de 12ºC, por lo que suele ser a mediados de invierno o en primavera. Se reproducen en el agua y siempre en el mismo lugar. Es por ello que se ven grandes migraciones en esas temporadas. Los machos parten primero para salir al camino de la hembra.
Por la poca cantidad de hembras existentes, se generen enérgicas rivalidades para ganar la oportunidad de colocarse encima de alguna de ellas y procrear. Algunas llegan a fallecer a causa de asfixia o ahogamiento al ser abordadas por varios sapos a la vez.
Después del amplexus, la hembra se marcha, pero los machos se quedan en el agua procurando montar a otra hembra. Especies como los anuros, depositan más de 10 mil huevos en unos cordones para que sean fecundados. Posteriormente los embrollan en plantas que son lanzadas al agua hasta que se produce la eclosión, a los 5 o 15 días. Las larvas, de unos 4mm, se diseminan por el agua hasta desarrollarse a través de la nutrición con algas y materia vegetal. Al cabo de 2 o 4 meses se habrán completado su proceso de metamorfosis, habiendo alcanzado una longitud de 15 centímetros.
enemigos del sapo
Los sapos son susceptibles al ataque de diversos animales. En la lista de sus principales depredadores destacan la culebra Natrix natrix, los reptiles, rapaces, mustélidos e inclusootros anfibios. Uno de los enemigos más potentes es una mosca que suele colocar sus huevos en el cuerpo de los sapos. A medida que se van formando las larvas, éstas se incrustan con fuerza en la piel del Bufo bufo hasta provocar su fallecimiento.
Pudiera pensarse que por la cantidad de toxinas y sustancias erosivas que albergan en sus verrugas, los sapos pudieran estar a salvo de los grandes mamíferos, pero no es así. Las nutrias, por ejemplo, los atrapan y los desgarran antes de engullirlos.
Como mecanismo de defensa, en especial, contra las culebras, los sapos expulsan sustancias venenosas de unas glándulas parotoides que tienen detrás de sus abultados y abrillantados ojos. Adicional a ello, alzan las patas traseras, se hinchan de aire y ceden la cabeza logrando incrementar su volumen en un intento por evitar que se los traguen.
El sapo no es precisamente una especie en peligro, pero el tratamiento de los drenajes, la agricultura, la construcción y otras actividades humanas, han puesto en riesgo su hábitat.