Muchos le temen, y con razón. La tarántula es uno de los animales más intimidades que existe. Su gran tamaño, su cuerpo peludo y el intenso dolor de su mordida, atemorizan a cualquiera. Aunque es venenosa, no suele ser mortal. En general, la ponzoña de sus colmillos y los vellos de su vientre, solo causan alergias, infección bacteriana y urticaria. Hay arañas más pequeñas como la viuda negra, que sí son peligrosas.
La tarántula pertenece al género Theraphosidae. Hasta junio de este año, se conocían cerca de 900 variedades, pero el hallazgo de la Kankuamo marquezi, sumó una nueva integrante a la familia. Fue descubierta en la Sierra Nevada de Santa Marta, en Colombia, y su nombre rinde honor al pueblo indígena de Kankuamo y al premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.
Lo que diferencia a la Kankuamo marquezi del resto de las especies de su tipo, es que posee un parche ovalado con púas parecidas a unas lanzas, que pudieron haber evolucionado para protegerse. Estos pelos son disparados como una bola, que genera lesiones fatales al entrar en la membrana mucosa de los mamíferos.
Hábitat y características DE LA tarántula
La mayor población de tarántulas está en África, Europa meridional, Asia y Medio Oriente. Habitan en zonas húmedas tropicales, subtropicales y áridas.
Prefieren los sitios oscuros y aislados. Cavan madrigueras y túneles para resguardarse, pero también se esconden en las concavidades de los árboles y en las grietas de las rocas. Se dice que hasta construyen una puerta para entrar y salir con facilidad.
La mayoría son negras con trazos marrones. Pueden medir hasta 12 pulgadas de largo, y vivir entre 12 y 15 años, aunque la hembra puede durar unas tres décadas.
Las tarántulas están provistas de ocho patas. No tienen antenas. En su lugar desarrollan unos apéndices terminales, con unos ganchos que se acoplan a la glándula venenosa. Tienen cuatro pares de ojos. Algunos los usan para ver de día y otros de noche.
Elaboran sus telas con un tipo de seda que van manipulando con sus patas posteriores. La utilizan para sellar los accesos a sus guaridas y cubrir sus hábitats.
Los artrópodos no cuentan con esqueleto interno. Poseen una estructura muy rígida que en las tarántulas no crece, por lo que deben pasar por varios cambios de piel para llegar a la adultez.
La hembra, a diferencia del macho, muda el exoesqueleto durante toda su vida. Por eso alcanza mayor tamaño. Esa transformación le sirve además para reponer sus pelos venenosos.
La tarántula es un animal muy dócil. Tanto, que infinidad de personas deciden tenerlas como mascotas.
Reproducción y sustento de la tarántula
La tarántula es ovípara. Se reproduce a través de los huevos, que son colocados y sellados dentro de un saco, que confeccionan con la seda que segregan, y que cuidan celosamente hasta verlos procrear.
El proceso previo es muy particular. El macho teje una tela donde vierte una cantidad de esperma que emana de su abdomen, la aspira con sus bulbos y comienza a buscar una hembra para acoplarse.
Para “conquistarla”, usa el baile o la comida, pues es ella quien decide si desea o no aparearse. Si “acepta”, se acercará a la tela y se inseminará. Posteriormente el macho huirá para no ser devorado.
Después de nueve semanas, nacen entre 500 y 1000 crías de tarántulas.
Los insectos, ratones, pájaros, ranas y sapos, son las principales presas de las tarántulas. Les gusta cazar en las penumbras, en la oscuridad de la noche. Organizan emboscadas para inyectar un veneno paralizante a sus víctimas.
Cuando se sienten acorraladas, elevan sus patas delanteras y emiten un silbido como señal de advertencia a los intrusos.
Sus enemigos
A pesar de su gran tamaño, las tarántulas tienen poderosos enemigos. El potente veneno de los escorpiones puede ser letal para ellas. También son atacadas por avispas Pepsis, que las detienen con su ponzoña para luego trasladarlas a sus nidos y usarlas para incubar sus huevos. Al nacer sus crías, engullen a la tarántula casi en su totalidad.
Cuidado ante una picadura DE tarántula
La picadura de tarántula suele ocasionar problemas respiratorios, inflamación en los párpados, picazón, disminución de la presión arterial, aceleración del ritmo cardíaco, erupción e hinchazón en labios, garganta y zona afectada.
Ante una situación como esta, los especialistas recomiendan aplicar primeros auxilios, mientras se ubica a un especialista. Lo conveniente es lavar el área con abundante agua y jabón, colocar hielo envuelto en un paño limpio durante 10 minutos. Este procedimiento se debe repetir varias veces tras un período de 10 minutos de descanso. La consulta con el galeno es fundamental.
La colocación de un determinado tratamiento, dependerá de las condiciones del paciente. Si tiene un sistema inmunológico debilitado, es posible que deba ser medicado con esteroides, pero será decisión del especialista, quien posiblemente abrirá una historia clínica para conocer los antecedentes.
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