El tiburón nodriza es uno de los animales más hermosos e intimidantes que existen. Su nombre científico es Ginglymostoma cirratum y se le conoce también como tiburón gato. Puede medir cuatro metros de largo y pesar 110 kilos. Su hábitat más común son los mares de América Central, aunque se han registrado avistamientos en Nueva York (Estados Unidos).
A pesar de tener una boca pequeña, en comparación con la de otras especies de su tipo, el tiburón nodriza cuenta con dos líneas de reducidos pero afilados dientes, con los que devora todo lo que encuentre a su paso. Su cabeza es alargada y aplanada. Los ojos son diminutos, generalmente de color azul, y sus aletas destacan por sus extremos redondeados.
Se alimenta de moluscos, crustáceos, ostras y otros mamíferos de reducidas proporciones. Se cree que puede ser bastante violento, debido a su carácter territorial. No obstante, expertos afirman que no suele atacar al hombre, a menos que se sienta amenazado. Eso sí, cuando lo hace demuestra su poder apretando fuertemente sus mandíbulas, hasta someterlo completamente y convertirlo en su comida del día. Se dice que es territorial. Puede mantenerse en una misma zona hasta por cuatro años y la defiende a más no poder.
Características y comportamientos del tiburón nodriza
El tiburón nodriza lleva también el nombre de tiburón “gato”, porque posee unas raras protuberancias que se asemejan a los bigotes de los felinos. Se le reconoce por su particular tono marrón, que alcanza en la adultez, pues nace de color azulado.
Los individuos de esta especie pueden llegar a comerse unos a otros. Al nacer, las crías deben huir lo más pronto posible para evitar ser “devorados” por su propia madre. Se ven obligadas a independizarse para poder sobrevivir. Su necesidad natural de supervivencia lo convierte en un animal caníbal.
Reproducción
El tiburón nodriza cumple con el ciclo de fecundación interna (cuando el espermatozoide fecunda al óvulo dentro de la hembra). El macho muerde una de las aletas de su pareja para poder introducirle sus órganos copuladores. La hembra a su vez mantiene a salvo a los huevos, los cuales se nutren de ella para desarrollarse. Sin embargo, hay otros tipos de embarazos: cuando ponen huevos fuera o cuando los embriones comen de las secreciones del útero. Se ha determinado que alcanzan la madurez sexual entre los 15 y 20 años y que pueden tener unas 20 crías por vez.
Posiblemente muchos piensen que los tiburones nodriza se mantienen activos en los mares. Nada más alejado de la realidad. Todo lo contrario. Los expertos afirman que este “gato marino” pasa casi todo el día durmiendo o en posición de descanso (lo que hace en grupos). Cuando llega la noche comienza la acción para él. Es durante este período en el que se dedica a cazar para alimentarse. Entre sus “platillos” favoritos están los camarones, langostas, cangrejos, calamares y pulpos. El tiburón nodriza no llega a morder a sus presas, sino que las succiona.
Tranquilidad en la profundidad
El tiburón nodriza no suele ir a la superficie marina. Prefiere estar al fondo, donde todo es más tranquilo y logra sentirse resguardado. Los espacios donde predominan el fango, el lodo o la arena son sus predilectos. Se arrastra con la ayuda de sus aletas, lo que le da un aspecto bastante tranquilo y parsimonioso. Esa pasividad permite que sea capturado, con el fin de introducirlo en grandes acuarios o parques recreacionales.
Es capaz de soportar los cambios ambientales sin ningún problema. De hecho, sobrevive muy bien a la cautividad y llega a mantenerse activo en estanques hasta por más de 20 años.
usos del tiburón nodriza
El tiburón nodriza es muy apreciado en la gastronomía internacional. La carne es seca, pero de excelente sabor, por lo que resulta un animal predilecto en las cocinas de los más prestigiosos restaurantes. Además, se suele extraer el aceite del hígado que, presuntamente tiene propiedades curativas. Sin contar que aporta vitamina A y omega 3, como la mayoría de los animales marinos.
Debido a su pasividad, investigadores se han interesado por determinar cuánta energía «invierte» en sobrevivir. Se ha comprobado, que tiene las tasas metabólicas más bajas que se han observado hasta entonces en un tiburón. Pueden respirar sin nadar al bombear el agua mediante sus branquías mientras descansan en el fondo del mar. Una habilidad que casi no se detecta en otros animales de su especia. Gracias a ello pueden «holgazanear», sin necesidad de estar merodeando como lo suelen hacer los demás.
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