El venado, también conocido como ciervo, es un mamífero de la familia de los cérvidos (Cervidae). Es pariente de los renos, alces, corzos y otras 44 especies, muchas de las cuales se hayan en peligro de extinción. De ellos, el alce es el más grande y robusto, y el corzo el más pequeño.
Este animal de naturaleza salvaje, habita en los cinco continentes. Apareció en Europa y fue introducido por el hombre en Nueva Zelanda y Australia. Con el tiempo se extendió en buena parte del mundo, llegando incluso a las zonas árticas.
Características del venado
Cuando están de pie, los venados pueden medir casi metro y medio de altura. Su peso oscila entre los 40 y 200 kilos. Los machos son los únicos que tienen cuernos, menos el ciervo acuático chino, que tiene colmillos. No obstante, en el caso de los renos, ambos sexos desarrollan cornamenta.
Los venados son de patas extensas y delgadas, con dos pezuñas en cada una. Su cabeza es larga y fina, parecida a la de los caballos.
Sus orejas están formadas por muchos músculos, por lo que pueden moverlas sin tener que girar la cabeza o el cuerpo. Sus ojos están ubicados a cada lado de la cabeza, y le permiten observar el paisaje con una visión de 310 grados.
Tienen un pelaje liso que se les cae en el verano, para dar paso a uno más grueso y abundante que lo protege del frío durante el invierno. Los venados jóvenes o cervatillos tienen manchas en su cuerpo, que se van borrando cuando pasan los cuatro meses de edad.
Estos animales nacen con cuatro dientes, y al año y medio ya tienen la dentadura completa. La edad de los venados jóvenes se puede calcular por el número de piezas dentales que poseen.
Cornamenta
Estos mamíferos mudan sus cuernos cada año. En los más jóvenes se pueden observar manchas. A los venados machos les comienzan a brotar estas astas a partir del primer año de edad, y se van agrandando a medida que maduran. Surgen a partir de un par de chichones en la cabeza. Una vez que se forman, lucen forrados por una especie de pelusa compuesta por cientos de vasos sanguíneos que se encargan de alimentar el hueso que hay debajo.
Con el pasar de los años los cuernos van creciendo y fortaleciéndose hasta terminar en una estructura digna de un ejemplar adulto. En esta etapa, el terciopelo que recubre las astas se cae y deja lugar a un cuerno nuevo, el cual es de color claro al principio y luego se oscurece.
Reproducción del venado
Las hembras de la especie se desarrollan sexualmente a los dos años, y los machos a partir de los tres, aunque hay casos donde requieren un poco más de tiempo para poder aparearse.
Por lo general, los venados entran en celo cuando comienza el otoño, estado en el que pueden permanecer hasta por un mes. Como ocurre una sola vez al año, los venados deben aprovechar al máximo esos días para engendrar a las crías.
Mientras las hembras están en celo, los venados machos berrean o braman, un sonido muy característico que llama la atención de todos quienes logran escucharlos. Asimismo, se enfrentan entre ellos para defender su derecho a aparearse con las hembras. Utilizan sus cuernos para defenderse y berrean fuerte para darse a respetar frente a los demás.
Estas trifulcas entre machos pueden finalizar en minutos o extenderse durante días, dependiendo de lo fuerte que sean los ejemplares y el dominio que demuestren. Algunas veces pueden ser peleas mortales. El macho que gane puede estar hasta con 40 hembras. Su deseo sexual es tan alto, que puede dejar de comer con tal de satisfacer sus instintos.
El venado macho perdedor tiene que esperar que el otro termine con su harén para poder estar con una de ellas, igual que los ejemplares más jóvenes.
Hábitat y alimentación del venado
Los venados suelen ocupar un espacio de 30 kilómetros, y es allí donde ubican el lugar para comer y dormir. Son especies herbívoras, por lo que sólo se alimentan de plantas. Tienen un estómago con cuatro cámaras que los ayuda a digerir mejor los alimentos. Primero los mastican un poco, los saborean, y luego los vuelven a masticar para entonces tragarlos.
Estilo de vida del venado
Durante el invierno, los venados suelen ser pasivos. Así ahorran energía para el verano. Salen lo necesario para buscar los nutrientes requeridos para su sustento.
Pueden correr a una velocidad de 40 millas por hora en distancias pequeñas y son muy buenos nadadores.
Muchas veces los venados mueren porque quedan atrapados en cercas de alambre o se enredan unos con otros con sus cuernos, al tratar de rascarse entre ellos mismos. Si pasan mucho tiempo y no saben liberarse, fallecen de hambre.
En su etapa joven, el venado no tiene un olor que lo identifique, por lo que puede no ser detectado por los depredadores, al menos que lo tenga al frente. La edad promedio de este animal es de 20 años, según la especie.
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