Los ciervos son animales imponentes y hermosos que habitan en varias partes del mundo, pero hay uno que destaca por su gran tamaño y robustez, se trata del wapití o ciervo blanco de América.
Anteriormente al wapití se le consideraba una subespecie de Cervus elaphus, pero hoy se toma como una especie aparte.
Hay registros que indican que los ancestros del género Cervus del Wapití se remontan a 12 millones de años, durante el Plioceno en Eurasia, pero aparecieron en Norteamérica durante las glaciaciones de finales del Pleistoceno.
La llegada de estos ciervos a Alaska data de unos 120.000 años. Con el tiempo, se propagaron por el sur y este de América del Norte, ocupando buena parte del territorio.
Hace 70.000 años ya contabilizaban tres linajes diferentes, que habitaban en Alaska y el Yukón, en las costas del Océano Pacífico, desde Washington a California, y en México y la Sierra Nevada estadounidense hasta el Océano Atlántico. Este último era el más numeroso.
Los ciervos blancos eran cazados por los aborígenes de América e incluso muchas tribus hicieron de él un tótem poderoso.
Características del wapití
La característica más notable del wapití es su tamaño. Posee una altura hasta la cruz, de 0,75 a 1,5 metros, y pesa entre 230 y 450 kilogramos. Es el segundo ciervo más grande del mundo, el primero es el alce.
La cabeza, el cuello y las patas del wapití son de color pardo oscuro. En el cuerpo tiene tonos más claros, con un escudo anal blanquecino, sin líneas negras rodeándolo.
Los machos son un 25% más grande que las hembras en la edad adulta. Pesan aproximadamente 320 kilos. Miden hasta la cruz 1,5 metros, y tienen una longitud de 2,5 metros. En el cuello desarrollan bastante pelaje, una hermosa melena que le cuelga.
Las hembras wapití pesan unos 225 kg de media, miden unos 1.3 metros hasta la cruz, y unos 2 metros desde la nariz hasta la cola.
Como pasa con la mayoría de los ciervos, los wapitíes machos son los que poseen cuernos. Estos tienen una ramificación principal hacia atrás y una más pequeña hacia adelante.
Cuando pasa la estación de cría, al ciervo blanco se le caen los cuernos y luego le vuelven a crecer con la llegada de la primavera. Esto ocurre porque la formación y la caída de la cuerna se rigen por la testosterona. Los científicos explican que luego de la estación de cría, al final del otoño, las feromonas de la hembra bajan y, por ende, reduce la testosterona masculina. Esto causa el desprendimiento de las cuernas, frecuentemente en la fase de invierno.
Mientras más viejo es el wapití, mayores dimensiones alcanza la cornamenta. Con frecuencia le brotan ocho o más puntas.
La cuerna más larga puede llegar a medir 1.2 metros y pesar 18 kilos. Los cuernos están formados por hueso y crecen a una media de 2,5 cm al día.
Hábitat del wapití
Los wapitíes viven en zonas montañosas y boscosas. Ocupan un área enorme, desde los bosques de coníferas del norte de Canadá, hasta los valles de California.
La mayor población del ciervo blanco se encuentra en Yellowstone o las Montañas Rocosas. Se halla en varias zonas del sur de la Columbia Británica, Alberta, Idaho, Montana, este de Washington y Oregón, noreste de Nevada, Utah, Arizona, Nuevo México, Colorado, Wyoming y el oeste de las dos Dakotas. Se calcula que en esta área hay unas 800.000 cabezas, la mayor parte está en el Parque Nacional de Yellowstone, que posee unos 30.000 ejemplares, divididos en siete manadas.
Convivencia del wapití
Casi todo el año, los wapitíes permanecen divididos en grupos de su mismo sexo. Los machos se juntan con otros de su misma edad, pero las hembras sí están con otras más jóvenes. Las más adultas son las que controlan la manada.
La época de celo se puede adivinar a lo lejos, por el gran estruendo que se arma. Los machos se apoderan del bosque y el ruido de las peleas por las hembras es bastante elevado.
Durante esta época del año, los rebaños se juntan en las partes con menos vegetación del bosque y los machos que resultan ganadores de la lucha se quedan con los grupos de hembras que esperan poder reproducirse. Las disputas pueden prolongarse por seis semanas.
Pasados los nueve meses de gestación, llega el momento de parir a los nuevos wapitíes o cervatillos. Para hacerlo, las madres se apartan del conjunto y buscan un sitio oculto para traer a su cría. Pasados algunos días vuelven con la manada. Al cumplir los tres meses, se separan de ellos y comienza su independencia.
Las hembras están listas para aparearse a los dos años y los hombres a los tres.
Los wapitíes viven más de 20 años cuando se encuentran en cautiverio, pero la expectativa de vida en la naturaleza está entre los 10 y 13 años. En algunas poblaciones salvajes que sufren menos presión de los depredadores, el promedio de longevidad puede subir hasta los 15 años. Se alimentan del césped y las plantas. En verano se les ve en las llanuras abiertas, pero en tiempo de frío, huyen al bosque en busca de sustento.
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