El yaguareté es un jaguar, un ágil felino que habita en América Central y Suramérica. Tiene gran presencia en Argentina, donde es considerado como una de las 10 especies silvestres más importantes junto al puma, el margay, el ocelote y el gato montés. En Estados Unidos hubo poblaciones de yaguareté hasta 1900. Aunque parecen haberse extinguido, se menciona que ha habido avistamientos de este animal en Arizona. Su nombre científico es Panthera onca.
Yaguareté es una palabra de origen guaraní que significa “la verdadera fiera”, y en historias antiguas se refleja que este jaguar fue muy respetado por los aborígenes, debido precisamente a su furia y temple.
El yaguareté es muy poderoso, eficaz y capaz de defenderse ante cualquier amenaza. Científicos aseguran que es el felino más grande de América, y se ubica en la tercera posición entre los de mayor corpulencia en el mundo, luego del tigre de bengala y el león.
Características y comportamiento del Yaguareté
El yaguareté es una fiera muy robusta, cuyo cuerpo se compone de una enorme cabeza y una potente estructura mandibular que puede ser la peor pesadilla de su presa.
Este felino puede llegar a sobrepasar los dos metros de tamaño si se incluye la cola. Su peso es nada más y nada menos de 140 kilos, aproximadamente. Estas características lo convierten en un gran combatiente en su entorno.
Investigaciones realizadas afirman que las hembras del yaguareté son entre 10 y 20 por ciento más pequeñas que los machos y algunas solo pesan 36 kilos. Su pelaje de color naranja va acompañado de manchas negras y contrasta con la tonalidad amarilla-verdosa de sus imponentes ojos. Las orejas son chicas pero muy eficaces, pues el sentido del oído es uno de los más agudos en estos animales.
Tal pareciera que el yaguareté es incansable porque además de caminar por largas horas y muchos kilómetros, tiene la capacidad de nadar de una manera bastante óptima. Suele andar solo, no en manadas, y eso le permite defenderse muy bien de los depredadores. Su dieta es variada. Así como consume hierbas, también caza otros mamíferos como el tapir y el venado, al igual que peces, vertebrados y aves que estén a su alcance. En su menú destacan serpientes, caimanes, monos, lagartos y, en ocasiones, saborea algún fruto.
Ritual del yaguareté
Una vez que el yaguareté obtiene a su presa, la lleva a un lugar que considere seguro para irla comiendo durante días o semanas. Es una especie de refugio que le sirve al felino para garantizarse la alimentación.
La fiera se queda cerca de la “víctima” hasta devorarla completamente para evitar que otros animales se acerquen e intenten robarla.
La fuerza del yaguareté se evidencia en su facilidad para matar y trasladar a especies de gran envergadura como toros de hasta 360 kilos. Sus dientes son igual de potentes porque el felino muerde cualquier hueso duro y lo tritura sin problemas, si así se lo propone.
Reproducción
Para darse el encuentro sexual entre los yaguaretés, es necesario que los involucrados cumplan ciertas condiciones.
Las hembras están preparadas entre los 12 y 24 meses de edad, mientras que los machos entre los 24 y 36 meses. Aunque el apareamiento puede ocurrir durante todo el año, estudios han comprobado que hay mayor efectividad en la época lluviosa. Igualmente, se afirma que en cautiverio se dan más y mejores relaciones entre estos animales.
La hembra del yaguareté permanece en celo por un lapso de entre 6 y 17 días. Anuncia estar lista para el coito emitiendo vocalizaciones y dejando rastros de orina que muestran el camino que debe seguir el macho para su encuentro.
El embarazo usualmente es de dos crías, aunque se han presentado casos de hembras que llegan a parir cuatro. Los cachorros dependerán de la madre hasta los dos años de edad, porque al momento del nacimiento son ciegos y se amamantan para sobrevivir.
En los yaguaretés ocurre lo mismo que con los tigres: las hembras se apartan por completo del macho para dedicarse al cuidado de sus hijos. Se presume que esta medida la adoptan con el fin de evitar que el macho se coma a los cachorros.
La mayoría de las veces, los machos adultos son desterrados de su hábitat y sustituidos por jóvenes más vigorosos, entonces éstos deben buscar otros sitios para volver a establecerse.
Hábitat del yaguareté
Los yaguaretés tienen una expectativa de vida de unos 25 años, aproximadamente.
Una de sus ventajas, es que se adaptan muy bien a los diferentes espacios. Si bien es cierto que prefiera las selvas abundantes, también se desenvuelve muy bien en desiertos, sabanas, áreas anegadas, siembras de pino, esteros y costas fluviales.
Se dice que se apoderan de grandes territorios, 30 mil hectáreas en el caso de los machos, y 10 mil en el de las hembras.
Por lo general los machos no permiten la entrada de otros animales del mismo sexo al terreno que han delimitado. Ruge, lo acorrala con árboles y hasta con excremento para evitar la llegada de intrusos. Con quien si suele compartir es con las hembras para poder aparearse.
Los cambios en la agricultura, el crecimiento del urbanismo y la caza amenazan con disminuir sus poblaciones, pero a pesar de ello se mantienen reproduciéndose.
Los yaguaretés son peligrosos. Los ataques a los humanos se ven cuando se sienten amenazados, pero es tanta su furia que llega a matar a las hembras que protegen a sus crías.
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