El zorzal, cuyo nombre oficial es Turdus philomelos, es una clase de ave paseriforme, perteneciente a la familia Turdidae. Tiene el vientre amarillo con manchas oscuras, usualmente de color café, mientras que su dorso es marrón. Por lo general se cría en parques, jardines y bosques. Tiene una costumbre migratoria parcial. Muchos ejemplares viajan durante el invierno al norte de África, el sur de Europa, el Medio Oriente, Australia y Nueva Zelanda.
Las modificaciones de las prácticas globales han generado que la cantidad de zorzales haya disminuido notablemente en las últimas décadas en el continente europeo. Sin embargo, aún no se considera en peligro de extinción.
Características del zorzal
Este animal mide entre 20 y 23,5 centímetros de largo, mientras que su peso suele estar entre los 50 y 107 gramos. La cabeza es redondeada y sus ojos oscuros.
Los machos y las hembras son parecidos, con la espalda marrón y las partes inferiores negras con vetas amarillas, beige o crema, que se vuelven más claras en el área del vientre.
La parte más baja de las alas del zorzal es de color amarillo cálido, así como su pico. Las patas, por otra parte, tienen una tonalidad rosa muy singular.
La diferencia entre el zorzal joven y el adulto, es que el primero tiene rayas naranja o beige en el área posterior, así como en las coberturas de las alas.
El canto del zorzal suele incluir frases musicales claras y altas, que repiten entre dos y cuatro veces, mezcladas con notas ásperas de mimetismo.
El macho puede llegar a contar con un repertorio superior a las 100 frases, muchas de ellas copiadas de pájaros vecinos y de sus padres. Igualmente, pueden imitar sonidos telefónicos, lo cual resulta muy divertido.
Su vuelo entre la maleza es bajo. Lo hace batiendo las alas vigorosamente y efectuando planeos cortos hasta llegar a lo alto. Se escuda de la presencia humana, por lo que anda cautelosa y desconfiada.
Reproducción y hábitat del Zorzal
Para traer al mundo a sus crías, el zorzal fabrica un nido de barro y hierba seca encima de un arbusto o de un árbol y empolla entre cuatro y cinco huevos azules, con manchas oscuras. Generalmente, tienen un tamaño de 2,7 x 2,0 centímetro y un peso de 6 gramos, del cual un 6% corresponde a la cáscara. La madre incuba los huevos sola de 10 a 17 días.
Su reproducción se produce en gran parte de Europa. Anida en bosques cercanos a regiones abiertas, hasta una altitud de 220 msnm, así como en parques y jardines.
Durante el invierno, evitan las tierras altas y las localidades con mucha exposición para anidar.
La esperanza de vida del zorzal es de tres años. Sin embargo, algunas especies son capaces de vivir una década.
Comportamiento del Zorzal
El zorzal no es un ave que vive en comunidad. En casos puntuales, pueden juntarse varios ejemplares durante el invierno, o estar asociadas en hábitats de forrajeo, con otros animales similares como el zorzal alirrojo y el zorzal real, aunque a diferencia de ellos, tienden regresar a las mismas zonas de invernada cada temporada.
Esta ave es monógama y territorial. En los lugares a los que migra, el macho vuelve para establecer su zona de crías y comienza a cantar apenas llega, como festejando su retorno.
La hembra, por otra parte, puede establecerse en una región de invernada individual, hasta que la pareja se reúna a principios de la estación primaveral.
Cuando migra, generalmente lo hace en horas nocturnas, volando de manera fuerte y directa. Puede hacerlo en bandadas que conforman un amplio frente, y tienden a “llamarse” frecuentemente para mantener el contacto. Tienen un llamado de alerta que suena como un chuc-chuc, que se hace cada vez más corto y estridente en la medida que se incrementa la amenaza.
Lo más común es que la migración arranque a finales del mes de agosto en los territorios más orientales y septentrionales de la zona de distribución.
No obstante, la mayoría de los zorzales que deben transportarse a zonas más cortas, pueden dirigirse al sur entre los meses de septiembre y diciembre.
La migración de retorno puede darse en el Mediterráneo, entre febrero y mayo.
Alimentación del zorzal
El zorzal común es omnívoro, por lo cual puede alimentarse de una gran variedad de invertebrados, tales como caracolas y lombrices, así como de bayas y frutas blandas.
Esta ave suele conseguir a simple vista sus presas animales. Emplea una técnica para cazar parrado en campos abiertos y hurga en la hojarasca en búsqueda de comida en zonas más boscosas.
Durante el mal tiempo o la sequía, cuando se les hace más difícil conseguir su sustento, los caracoles se convierten en un alimento muy importante. Pueden emplear una piedra determinada como un yunque para romperlos y así poder devorarlos más cómodamente.
En el caso de los polluelos, estos reciben generalmente comida de origen animal, como larvas de insectos, lombrices, caracoles y babosas.
El zorzal es frágil a parásitos internos. Además, es víctima de predadores como aves de presa y gatos. Los huevos son muy apetecidos por las ardillas, gavilanes y urracas.